El Antagonista de las Estrellas

Querido Rey

Querido Rey,
no es la princesa quien llama...

No siempre hay aciertos, y siempre hay lágrimas, incluso cuando siempre se puede elegir entre cientos de lujosas máscaras.

Pero supongo que mi herencia requiere aquello que se me escapa, que no encuentro, al menos no en la vida real. ¡Que fácil se obtiene en los libros! ¡Que sencillo ser en ellos! ¡Que perfecto cuento! Que rápido termina, y azota la realidad.

Querido Rey, jamás te escuché decirme que me amabas, jamás ví a esa pequeña crecer y escuchar: mataría por tí, no esperes menos.
Querido Rey hoy la princesa llora, extraña. No, jamás quiso ser una perfecta monarca, quizás solo sueñe con un amor que sepa quedarse.
Que sepa abrazar, y hacer que la soledad sea quien por primera vez maquille su debilidad.

Querido Rey tu apellido solo me hizo un nombre, un poder. Pero persona, niña, hoy mujer, hija..... jamás se sintió. Quizás eso jamás fuí.

Y ¿A quién realmente le hablo? No, no es al Rey, no es al trono, ni al nombre. Es a mi padre que jamás supo quedarse.
Al padre que siempre me hizo correr detrás de él.
Al padre por el cual yo hacía sacrificios.
Al padre que me hizo correr detrás de príncipes, detrás del amor, por tal de sentir.
Al padre que jamás me dijo que yo valía la pena, porque sí él no supo quedarse, quién más lo haría.

Supongo que algún día dejaré de buscarte, supongo que algún día si no es un principe, un dragón me encuentre. Quizás sea mejor mi historia.
Quizás solo te culpe de lo inevitable padre, quizás siempre fuiste la práctica.

Quizás nací para perseguir, para sacrificar, para llorar, para esta soledad que hoy es quien me abraza. Quizás hay princesas, que no obtienen el príncipe.

Quizás, quizás, vamos a ver qué pasa.

Querido Rey,
no es la princesa quien llama.
Querido papá,
es la niña que solo quiere escuchar que la amas, y no cualquiera es digno de ella.