Suicidio del Alma

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¿Dónde estoy que ya no me ves?

Me duele el pecho sin sentir una pizca de dolor, ¿cómo se entiende?. Esto hace que sea imposible extirpar la causa.

Demasiado rota ya para intentarlo. Demasiado perdida para querer regresar. Demasiado sola para no creerle otro cuento a la soledad.

Si el amor me trajo aquí, entonces era cierto. No hace más que herir. Al final, jamás es suficiente. Es la única verdad. Quizás jamás lo fui.

Quizás me veo mejor de la mano de la soledad, por eso ahora es todo lo que tengo. Por eso ahora me toca llorar. Porque este corazón, de tan especial, de tan grande, no se sabe llenar.

¿De qué  estamos hechos? ¿De qué lo estoy yo? Ahora mismo de arrepentimiento. De dudas que no me saben acunar. No como lo harían un par de manos, un pecho, una mirada. Un abrazo.

No. No soy fuerte. Jamás fui una guerrera admirable. Y heroína mucho menos. Solo pretendo, solo sonrío mientras me escondo para llorar. Jamás tuve fuerza para controlar el peso de un arma, y de la vida mucho menos.

¿Tú dónde estás? No necesito un príncipe que me salve. Al crecer las princesas van cambiando de conceptos, el mío, solo busca tener paz.

Al final, todo villano fue un ángel perfecto, quien fue sometido a caminar. Me estoy volviendo la villana de mi propio cuento. O quizás, solo estoy aprendiendo a entenderlos.
Todo en mí va muriendo.
El amor.
El valor.
La fe.
Quien soy, solo es una perfecta mentira que maquillo de verdad.
Que sabe sonreír bonito.

Mi mente, un campo minado, que explota a cada rato. Ahogada en gritos silenciosos para que nadie sienta el estruendo. Los dejo salir cuando ya la herida sanó. Cuando el silencio es todo lo que quedó.

Ya no soy la misma de antes. Ahora soy miedo, soy historia que no haya consuelo. Soy interrogante constante. Soy duda que no se va. Soy ese amor gastado, y decepcionado. Soy ese sueño que se rindió a lo imposible. Soy esa pluma, que aún sigue escribiendo con intención de encontrar su lugar.

Intentando cantar, solo salen gritos. Intentando sonreír solo sale un garabato. Intentando hablar, solo salen silencios. Intentando huir de esta soledad, solo sabe correr detrás.

El amor, siempre se me escapa.
Hoy es mi mayor enemigo.
Todo lo que me queda es la soledad.
Y digamos que no me preparé para esta guerra, ni a su peso, ni a la incertidumbre de la supuesta calma.
Yo no soy de pausas, pero tampoco de vivir con la muerte susurrando al oído que ya no me queda nada.

Sí, se me quiere suicidar el alma.
Y siento que nadie la quiere salvar.
Ni el propio que la creó.

Entonces, supongo, que la dejaré morir.
Supongo, que hay guerras que no puedo
ganar.
y guerrera, por más increíble que suene la palabra, jamás fuí.

Soy solo una perfecta mentirosa.

El Antagonista de las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora