Los demonios también lloran, los demonios también quieren huir de sí mismos.
Los demonios también le temen a la soledad.Alguien me llamó ángel, equivocadamente. Sí, soy el ángel que sabe mentir y manipular. Soy el ángel que anhela sentir miedo porque antes le salvaba. Quiero dejar de ser valiente si eso me hará imprudente.
Un ángel que ya no piensa, y que solo necesita escapar, pero el cielo ya es demasiado pequeño para ocultar sus pecados. Un ángel caído.
Cayó a tierra. Ocultando cada herida de la caída. Cada vergüenza, cada historia que no sabe morir, solo torturar. Sí, eso es lo que llaman recuerdos. Y lo que me mantiene humilde.
Quisiera vomitarme a mi misma, y a veces no hallo tanta profundidad en este hueco para caber entera. Quiero morir.
¡Maldita sea!De nuevo caigo. Ya olvidé cómo volar, de tantas veces que he caminado. Aunque a dónde vaya, siempre cada fracaso me perseguirá, como una enfermedad crónica y sin cura.
Quisiera que con odiarme lo suficiente baste. Quisiera que perdonarme bastara. Quisiera no mirar mi reflejo y desear hacerlo trizas. Quisiera, quisiera ser más prudente, y no tan emocional.
Doy asco, doy pena, ¡dime tú! porque este híbrido entre ángel y demonio solo me huele a mentira. A hipócrita. A fingir. A morir al verdadero yo.
¿Quién soy? ¿Se me ven aún las alas? ¿O ya mi piel huele a podrido? Soy sombra, soy lo que sobra después de cada decisión errada. Ya no siento, ya no salen lágrimas. Hoy cada error se vuelve rabia.
Un ácido que viaja en lugar de sangre.
Me corroe la molestia, me destruye la soledad. Solo el placer efímero y de promesas vanas me sacia. He ahí otro error. Grave. La eternidad y su paciencia le son contrarias.¡Maldita sea! Digo otra vez y esta es aún más aguda. Morder mi labio hasta que sangre no me devolverá el maldito tiempo invertido. Ese tiempo que debí hacerle sentir honrado. Hoy yace en un rincón irrecuperable. Mierda.
¿Qué ha sido de mi?La oscuridad se hace menos ajena, se vuelve más codiciable. Más amiga. Pero aún me niego a darle demasiado de mí.
Solo que a veces, siento que pertenezco aquí. Se me da mejor errar, que hacerlo bien.Alguien me salve.
No quiero abrazar más arrepentimiento que alegría el día de mañana.
Ahora estoy llamando.¿Dios?
Tanto los ángeles como los demonios te necesitan.
No sé quién soy.
Recuérdame mi nombre.
Llévame a casa.
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El Antagonista de las Estrellas
SpiritualPoemario dedicado como siempre.... a la única digna de toda poesía: La vida