Finalmente te encontré (Bangchan, Hyunjin, Han, Felix y tú)

Ahí viene el lobo feroz... Diría Caperucita roja

Narra Bang Chan

Llego al piso donde se encuentra mi oficina —me recibe Jua haciéndome una reverencia. Acompañándome a la misma—.

—Buenos días señor.

—Buenos días Jua. ¿Alguna novedad?

—Si. Los empresarios japoneses insisten que debe viajar a Osaka lo antes posible. —Bufé—.

—Me comunicaré con ellos. Quizás viaje la próxima semana.

—Muy bien. Gaon desea que revise los nuevos bocetos que realizaron.

— ¿Algo más?

—No.

—Perfecto. Llamaré al «departamento de marketing». —Me hizo una reverencia y se retiró. Decidí llamar a Gaon. Después de unos segundos atendió la llamada—.

—Hola. Gaon.

—Es Bang Chan. —Escucho que se cayó algo. Seguramente se le derramó el ice americano—.

—Dígame, señor.

—Necesito ver los bocetos que le mencionaste a Jua. ¡Ah! Pero quiero que los traiga Heejin, porque por el sonido que acabo de escuchar se derramó alguna bebida en el departamento. ¿O me equivoco?

—Lo siento. Y si, tiene razón. En un momento ella irá para allá.

—Aquí la espero. —Me sentía afortunado. Hoy la vería nuevamente—.

A los minutos escucho que tocan la puerta. —Le permito entrar. Es Heejin sosteniendo las carpetas. Se veía muy linda con sus sujetadores sobre un lado de su corto cabello negro. Me hizo reverencia. Se sentó y me sonrió tímidamente—.

—Le traigo los bocetos que realizamos. Cualquier inconveniente puede informarme. —Tomé las carpetas y las reviso. Alzo la vista y la miro—.

—Lo que estoy observando me va gustando.

—Genial. —Dice tímidamente—. Disculpe... ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Ya la hiciste.

— ¡Oh! Cierto. Pero esa no era la interrogante. Disculpe... Sé que no es mi problema, pero... Ayer lo extrañamos. —Dejé de revisar las carpetas y la miré detenidamente—

— ¿La empresa o alguien en específico? —La observé esperando la respuesta—.

—Lo extrañé. — ¡Bingo!—.

— ¿Por qué?

—Quizás porque quería conversar con usted para conocerlo mejor. —Hoy se sentía sumisa ante mí. Y eso me está gustando—.

— ¿Así como el lobo a la «Caperucita roja»? Esta bien. Si, deseas hacerlo. Soy todo tuyo. ¿Qué te parece si te invito a salir? —Se sorprendió ante mi sinceridad—.

— ¡Que! Creo que no me expliqué bien. Lo extrañé, pero...

—Heejin. Heejin. —Tomé delicadamente sus manos para que me mirara—. Entendí lo que quisiste decir. Quiero que salgamos juntos. Tener una cita contigo.

Narra Heejin

¿Cita? ¿Con el CEO? ¿Juntos? Siento que será una locura.

—Si, claro. Cuando usted quiera. — ¡Que acabo de responder! Muy bien. Mi mente y mi boca hoy no están sincronizadas—.

—Perfecto. ¿Qué te parece este viernes en la noche? Te daré permiso de salir 2 horas antes para que te de tiempo y después pasarte a buscar y llevarte a un lindo lugar.