El desayuno paso con normalidad, Sayori se quedó al lado de Luffy, el cual uso toda su fuerza de voluntad para darle de comer a la pelirroja, la cual se burlaba por las caras que ponía.
- Necesito una ducha.- sé quejo la pelirroja mientras leía un libro.
- Yo también.- respondió Nami viendo por la ventana.
Ambas miraron a Vivi para que entendiera la indirecta.
- Vengan.- les indico la peliceleste al entender lo que querían ambas chicas.
Al final todos se unieron al baño, la pelirroja quien llegó después porque se le habían olvidado algunas cosas quedó de piedra al entrar al baño y ver cómo Nami mostraba su cuerpo haciendo que todos los demás se desmayarán, incluído Luffy, quien pareció muy feliz mirando a otra mujer.
- ¡Sayori-sama!.- grito Itachi al visualizar a la pelirroja quien contenía su ira, que estaba a punto de explotar. El azabache sabía que la menor era una bomba de tiempo, cualquier movimiento en falso, era perjudicial ya que lo que escondía Sayori, era más que su pasado, también escondía sus verdadero ser, por el bien de los demás. Ella se consideraba un monstruo.- ¿Está bien?
Ese grito la despertó de su trance, era como si un animal se apoderara de ella y la obligará a matar a cualquiera que se cruzará en su camino.- Si estoy bien, solo fui por una toalla.- miró a todos con una sonrisa.- ¿Qué pasó aquí?.- preguntó cínicamente.
Nami se tapo se inmediato, había cometido un error fatal, esa chica quería matarla ella lo sabía, había cruzado una linea no permitida, el mismo Luffy estaba en peligro por haber mirado, aquí todos habían pecado, y cada uno lo sabía, la pelirroja era tan inexpresiva que era difícil de leer sus movimientos, pero de algo todos estaban seguros, ella había visto.
Tanto Itachi como Deidara volvieron donde estaban, si no salían de ese lugar pronto, ella los iba a cazar como si fueran unas presas, era tan extraña, se sentían patéticos al temerle a una niña, pero nadie sabía de lo que ella era capaz cuando se molestaba, era como si su razonamiento no existiera en su cerebro.
Cuando todos terminaron de bañarse, notaron que la pelirroja aún no salía del baño, eso les extraño y miraron por la rendija, lo que vieron no fue nada especial, ella se encontraba de espaldas a ellos, pero lo que no sabían es que ella estaba llorando.
Soy una tonta, es obvio que no tengo la belleza que tiene Nami, al lado de ella no soy tan bonita, debería renunciar a Luffy e irme de este lugar.- pensaba mientras se tapaba la cara y lágrimas amargas mojaban sus pálidas mejillas.
Las inseguridades siempre estuvieron en ella, desde muy joven siempre se comparo, esto nació desde el momento en que volvió al castillo después de que el reino la encontrará, su madre siempre la comparo con otras niñas del reino alegando que ella jamás alcanzaría su belleza ni la de nadie, que era una niña que no podría elegir y tendría que conformarse con lo que le ofrecieran. Desde entonces ella supo que tenía que salir de ese lugar, había escuchado como sus padres pretendían venderla como una esclava.
Al salir de la ducha, fue a la habitación donde se quedaban para dejar sus cosas, cuando abrió la puerta no podía creer lo que estaba viendo, Vivi estaba besando a Luffy a su Luffy, una lágrima tras otra fue cayendo mientras miraba la escena, sentía que le dolía el pecho, comenzó a hiperventilar, cuando luffy reaccionó ya era tarde, Sayori había visto todo.
- Sori, oye esto no es lo que piensas.- trataba de explicar Luffy a una muy shokeada Sayori, quien en un intento de alejarse de él, se echó hacia atrás. Chocando con alguien a sus espaldas.- Oye, Sayori, escucha....
La pelirroja simplemente se dió la vuelta y sin mirar con quién choco salió corriendo, iba a medio vestir, pero necesitaba salir del lugar, lo que había visto era tan real como cuando su madre la golpeó por haberse escapado del castillo, era tan real como cuando vio al Dragón Celestial en su Reino para comprarla, todo era muy real, le dolía la cabeza.
Salió del castillo mientras era seguida por toda la tripulación y sus dos sirvientes, pero no se detuvo llegó al desierto y tomo su escorpión, al cual hizo correr a máxima velocidad, no quería ver a nadie, no podía confiar en nadie, todos la traicionaban tarde o temprano,
- ¡Sayori!.- grito Luffy una vez que llegó fuera del castillo, pero la pelirroja no se detuvo, al contrario siguió su camino lo más rápido que pudo.
Nadie sabía a dónde iba o que sería de ella, ya que dejo a sus dos sirvientes atrás, los cuales se quedaron a la deriva, pero de una cosa estaban seguros, la buscarían para recibir respuestas.
- ¿A dónde van ustedes dos?.- preguntó Zoro al verlos tomar las cosas de la pelirroja para marcharse.
- A buscar a nuestra princesa.- respondieron ambos con semblante serio.- Pagarás caro lo que hiciste, Mugiwara.- advirtió Itachi convirtiéndose en un cuervo para volar rápido. Deidara por su parte hizo un pájaro de arcilla y salió siguiendo a su compañero. Ambos sabían que la pelirroja era un peligro, su descontrol podría provocar la peor de las desgracias al mundo que conocemos.
- ¿Qué hiciste, Luffy?.- pregunto Usopp ya histérico los habían amenzado directamente.
- Sayori vio cuando Viví me beso.- respondió Luffy con la cabeza gacha mientras afirmaba su sombrero.- Y-Yo no quería que las cosas pasaran así....
- ¡¿Cómo?!.- gritaron todos al mismo tiempo.
- Lo que escucharon.- habló Luffy desanimado.- Cuando por fin estaba con ella, pasa esto... Es como cuando desapareció hace 10 años.- se afirmó el pecho.
- Oye tranquilo, verás que la volveremos a encontrar y podrás explicarle y decirle todo lo que siente y podrás estar con ella.- tanto de animar Zoro.
- Eso espero...- se metió al castillo con la cabeza baja.
Vivi por su parte se sentía culpable, había desatado la tristeza de Luffy y un quiebre enorme en los piratas que habían ayudado a salvar su reino y así les pagaba, se sentía miserable, trato de seguir a la pelirroja con Karoo pero fue imposible ella ya había abandonado el Reino, por lo que había escuchado de sus sirvientes, la pelirroja salió sin ser vista por la Marina quienes rodeaban el Reino de Arabasta.
Mientras que en el Gran Line se encontraban tres personas volando a mitad de la noche una de ellas iba llorando desconsoladamente, mientras que las otras dos no sabían que decir para que se tranquilizara, ambos se miraron y suspiraron no eran buenos en consolar a otras personas, pero entre ambos le dieron un abrazo para que la chica se refugiara en ellos. Esto les hizo pensar en cuando conocieron a la menor, ella no tenía brillo en sus ojos, siempre estaba a la defensiva, era como un gato. Pero... Era la mujer mas bella de todo el Reino de eso estaban seguros esa mirada de melancolía y tristeza no opacaban su belleza al contrario la hacía una obra de arte.
- Duele.... Mucho.- hablo entre sollozos afirmando su pecho.
- Es normal.- le acaricio la cabeza Itachi.- Pronto pasará princesa...
- ¿Cómo?.- lo miro Sayori con sus ojos llenos de lágrimas.- ¿Cómo hago que deje de doler?.- preguntó desesperada.
- No lo sé princesa.- respondió el azabache con un nudo en la garganta.
El viaje a su nuevo destino fue solo en llantos por parte de la pelirroja, mientras que los otros dos jugaban que harían pagar a ese par de idiotas por haber lastimado así a su princesa.
*☆@ ☆*….𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓á✿.。.:* ☆:**:.
Ya está el drama jeejej aunque esto no es todo 🤭 pretendo dejarlos en lágrimas a todos jaja no no tanto pero si van a botar una y que otra lágrima 🤧
Saludos ☝🏻 😌 💕
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𝑳𝒂 𝑷𝒆𝒍𝒊𝒓𝒓𝒐𝒋𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝑹𝒆𝒚 ⽰᭄★ᯤ
Adventure𝑺𝒂𝒚𝒐𝒓𝒊 𝒂𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒖𝒇𝒇𝒚 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒏 𝒏𝒊ñ𝒐𝒔, 𝒚 𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 ¿𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒓á𝒏 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒔𝒖𝒔 𝒆𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒄𝒆𝒅𝒆𝒓 𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆�...