Fabricante de Deseos

Capítulo 10 - Piezas

Alastor ama a su hermano, es un hecho bien conocido, sin embargo no es ajeno a lo que pasa alrededor.

Quería… Él quería protegerlo de todo mal, creía que era capaz de hacerlo, pero la vida está llena de imprevistos y sorpresas.

Conocer a Samael fue una de ellas. Asistiendo a un bar lo encontró, la extraña química que surgió, sabía que era algo especial, podía sentirlo de alguna manera indescriptible. Algo diferente a lo que estaba acostumbrado y reconoce que fue egoísta, desestimó los pensamientos de su hermano y asumió que como siempre el contrario estaría bien.

No fue capaz de ver todo lo que su hermano estaba cargando todos estos años y cuando la tapa se abrió fue sin duda un completo desastre.

Mirando hacia atrás Alastor piensa que es su castigo, si Dios existe de alguna manera lo está castigando lastimando a su hermano menor. Pensó que era fuerte pero incluso Louis dio un suspiro grave.

Samael se quedó a su lado, no lo juzgo, no lo miró mal, él lo apoyó y eso fue lo único bueno en su frenesí por encontrar a su hermano.

Un hombre no registrado se lo llevó, un hombre extraño una mierda, Alastor reconoció a su padre, ¿Cómo no hacerlo? Siempre recordaría al hombre. Pero el hombre era escurridizo y es aquí que Alastor se arrepiente de no haberlo matado.

Ahora está aquí, su hermano perdido, se preguntó su Thomas siempre sería un blanco, para Alastor su hermano es su más grande debilidad.

— No te preocupes, lo encontraremos. — Dijo Louis, ninguno de los dos espero tardar tanto encontrando a Thomas.

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Uhg—!

Dolor.

En medio de la oscuridad Thomas sintió un dolor punzante en su abdomen, mientras se acomodaba trato de aclarar su mente pero no podía, el miedo del cuerpo original era mucho mayor a su capacidad para tomar el control, no importa que tanto se esfuerce el llanto de dueño original de su cuerpo era mayor a su propia voz, gracias a esto fue incapaz de hacer algo con el hombre que se hacía llamar su padre.

Fue tan frustrante, tan asfixiante el hecho de no ser capaz de hacer nada a pesar de saber que podía defenderse, sentía tanta impotencia.

Amarrado y amordazado se preguntó si este era su fin, por la forma en la que el hombre no dejaba de golpearlo todos los días si no se detenía pronto tendría daños irreparables.

En medio del silencio volvió a escuchar pasos pero eran mucho más ligeros, estaba seguro que no eran de su padre, ¿Quién más? Thomas jadeo de dolor, cualquier intento de moverse era realmente doloroso.

Escuchó el familiar sonido de la puerta siendo abierta y la luz lo cegó temporalmente. Escuchó el jadeo de alguien del otro lado pero no podía ver de quién se trataba.

Los pasos se acercaron, ¿Quién era? Entonces sintió una suave caricia en el rostro, fue un suave toque. Al forzar su visión logró ver la silueta que cada vez se hizo más clara.

Era el joven rostro de una chica, ¿Quizás parecía preocupada? Thomas sentía dolor en muchas partes del cuerpo, podía ver más sombras detrás de la chica pero finalmente se desmayó por el dolor.

La siguiente vez que se despertó fue por el dolor, al despertar fue recibido con duros golpes. Su padre parecía gritar muchas cosas pero era incapaz de entenderlo del todo, sin embargo era claro que estaba enojado por alguna razón.

Mientras eso pasaba en la mente de Thomas se llevaba a cabo una gran lucha.

— ¡Tienes que reaccionar! — Gritó la voz pasada. — ¡Dame el control o vamos a morir!