Los años pasaban pero su relación no cambiaba, sus peleas constantes se habían convertido en parte de la rutina, una que al final del día no la detestaban tanto como parecía.
Se odiaban, era simple ¿No? Pues a veces las cosas más simples son las que...
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- Kick Buttowski -
kiyo(Japonés): Vivir el momento, disfrutar el presente dejando a un lado las preocupaciones de la vida.
Estaba acostado en mi cama, lanzando una pelota que rebotaba contra la pared. El ruido rompía con el silencio de la habitación, un silencio que detestaba. Principalmente por hacerme reflexionar sobre un montón de cosas que prefería ignorar.
No tenía tantas ganas de hacer algo, lo que era increíblemente extraño en mí, pues normalmente no podía ni mantenerme quieto unos minutos. Pero hoy era realmente diferente, todo el día me la había pasado sobre-pensando, cosa que evitaba hacer todo el tiempo.
¿Has tenido experiencias en tu vida en donde no sabes exactamente cómo deberías sentirte?
Algo similar me estaba pasando, no sabía exactamente cómo manejar todo lo que estaba sucediendo.
Era realmente increíble que en un par de horas, sería pública la noticia de que ayer firmé con el representante de Billy Stumps, uno de mis más grandes héroes. Mi vida completa podría cambiar con este gran logró, es de esas cosas que solo te suceden una vez en la vida, debería estar saltando de alegría o motivado en hacer más acrobacias, pero no era así.
Todo mi mundo estaba a punto de cambiar, y yo me sentía exactamente igual. No lo sé, no lograba asimilar la magnitud de lo que esto significaba. Estaba pensando de más en el futuro, cosa que nunca hacía, siempre fui más de vivir el presente.
No podemos controlar el futuro, pero podemos disfrutar el ahora.
Seguía lanzando la pelota hacia arriba, en un intento de comprender mejor cómo me sentía. Para todos era alguien que no pensaba mucho las cosas e impulsivo por naturaleza, ¿Por qué justamente ahora no era así? Digo, no debía pensar mucho en lo que pasaría, más bien debería disfrutar lo que me sucedía.
Un ruido se hizo presente en mi ya molesto silencio.
—¡Mierda! ¡¿Dónde diablos está?! —escuche que gritaban.
Sonreí inconscientemente, el grito no provenía de mi hogar (cosa realmente rara) era más bien mi vecina de al lado, Kendall Perkins.
Casi siempre pasaba desapercibida y era muy silenciosa cuando se lo proponía. En este caso no era así, escuché cómo levantaba y desacomodada cosas de su armario. No es que yo me empeñara por saber qué pasaba, simplemente no estaba siendo muy sigilosa en lo que sea que estuviera haciendo.
Deje la pelota aún lado de mi recamara y abrí mi ventana para ver porque tanto escándalo. La encontré en un total caos, lo cuál era raro teniendo en cuenta que es la "señorita perfección", amaba el orden y detestaba que las cosas estuvieran fuera de su lugar.
Nunca la había visto tan casual en el tiempo que llevaba de conocerla, traía puesto una sudadera que le quedaba hasta los muslos y un short corto de mezclilla. Estaba descalza, llevaba el cabello amarrado en un chongo mal hecho, y su copete desordenado.
