Kalea
1 de marzo de 2032
Me detuve en la acera, en espera del coche. Me saqué las gafas de sol y de pronto, una horda de periodistas me rodeó, ¿de dónde salieron? Sus cámaras me apuntan y los flashes no dejan de inundar mis ojos, luego de esto, lo más probable es que quede con una ceguera temporal.
“Kalea, ¿qué se siente ser la mujer más codiciada del mundo?”
“¿Aceptarás la propuesta de noviazgo del príncipe de Dinamarca”?
Es guapo el jovencito, pero mi corazón ya está ocupado y lleno de cierto abogado que, por cierto, no he visto en un mes entero… estuve tan ocupada con mi preparación para modelar y las pruebas de vestido de Sandí para estar en la pasarela de Milán que ni siquiera tuve tiempo de pensar en lo que haré con esas 12 declaraciones.
“¿Te gusta el príncipe Felipe?”
Sonreí hacia las cámaras e intenté avanzar, más no me dejaron, son intensos. —Estoy interesada en alguien más, no pertenece al mundo de la farándula—respondí al intentar abrirme paso, pero siguen allí.
—Hola, hola a todos—interrumpió Ciro.
Sí… él también fue modelo de Sandí en Milán, fue el gran premio que nos dieron por haber quedado empate en el primer lugar, además, ahora seremos pasantes allí.
No sé la razón por la cual él aceptó la oferta, sin embargo, yo me vi en la necesidad de tomarla como una gran ayuda para conquistar a mi futuro esposo, es decir, la pasantía no me interesa en lo más mínimo, pero hagamos de cuenta que será un 2X1, gano experiencia y veo cómo es realmente el mundo de la alta costura y también estaré cerca de Carter para frecuentarlo de manera “accidental”.
Mentira, todos nuestros encuentros serán previamente planeados, ya hasta me sé su horario de llegada, salida y sé precisamente los lugares a los que visita para almorzar, así cómo sé que utiliza un coche sedán negro de lunes a miércoles y de jueves a domingo opta por su deportivo descapotable gris.
“Ciro, ¿es cierto que mantuviste un romance con la princesa de Holanda?”
“Ciro, ¿qué opinan tus padres sobre una posible unión de tu parte con la realeza de Holanda?”
—Wow—exclamó—, detengan ese carro allí, yo vine a ayudar a mi amiga y ustedes ya me andan casando—comentó con jocosidad—. Tranquilos, sigo soltero y no hubo una relación con dicha princesa, estoy realmente interesado en alguien más.
—¿Por qué me estás mirando? —pregunté bajo entre dientes.
—Con la ciega que me tengo que enfrentar yo—me sostuvo del brazo y tiró de mí con cuidado—, mi gente, nos vemos que la dama y yo tenemos clases en la universidad a esta hora.
Nos adentramos a una camioneta y al ingresar, me topé con Dao, que nos saluda con una gran sonrisa. —Los descuido unos segundos y ya hacen desastres, les dije que se quedaran dentro, pero no, decidieron salir y gritarle a New York que llegaron.
—A todo esto, ¿quién era la princesa de Holanda? —preguntó de pronto Ciro al espiar las tantas fotos, que nos sacaron y que nos tomamos juntos.
—La rubia—respondió Dao—, esa—señaló a una mujer bastante elegante y que desprende gracia por todos lados.
—Es linda… pero conozco a una mucho mejor.
—Como me sigas mirando cuando dices esas cosas, te voy a arrancar los ojos de la cara—ahora se ríe con exquisitez.
—Vernon—llamó Dao hacia el conductor designado por Sandí para nosotros—, por favor, déjanos en la empresa.
—¿No hay clases hoy? —indagué hacia Dao.
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Desde ahora conquistaré su corazón
Romance¿Hay algo peor que el amor? Esa es la pregunta que se realiza todos los días Carter Myers, un reconocido abogado de la Gran Manzana que acaba de dejar atrás su amor platónico de la universidad, pero, ¿por qué cree que ese sentimiento es lo peor? Res...