Izuku no podía decir que era el peor de su vida, ese día estaba completamente tomado por un recuerdo que deseaba no repetir en su mente. Pero era, sin duda, un día bastante extraño.
No entendía cómo se encontró con su exnovio en un lugar completamente improbable, después de haberlo considerado el amor de su vida y haber salido adelante. Como cereza del pastel, aquel cenizo no recordaba gran parte de la actualidad, incluyendo su ruptura. Jamás se vio a él mismo intentando explicarle a Bakugo que no estaban juntos y que él estuviera tan increíblemente aferrado a la idea de que era una mentira, lo suficiente como para ser incómodo. Sí, era un día bizarro, y por supuesto, su sentido de ética y preocupación no dejarían por sí solo al chico, aunque su cuerpo tuviera el instinto de huir para no tener que enfrentar los ojos carmesí, profundos y filosos que ahora lo analizaban descaradamente.
—¿Tengo algo en la cara?— estaba lo suficientemente incómodo con la situación como para soportar también esos ojos que creía olvidados recorriendo su ser. Katsuki lo miraba apoyado en una pared mientras él intentaba organizar un poco su -ahora arruinada- tarde.
—No. Pero mi boca sería una buena opción— Katsuki nunca esperó ver una mueca de incredulidad y lo que podía -y odiaba- detectar como sentirse fuera de lugar. Aunque le agradó saber que aún podía hacerlo estremecer un poco.
—Bakugo, no digas eso. Estamos en lugar público.
Katsuki chasqueó la lengua, lo suficientemente hastiado como para hacer sonar la planta de su pie contra el suelo varias veces impaciente. Todavía no se habían movido de la entrada del dichoso hospital y estaba desesperado por salir de ahí, realmente odió cada jodido procedimiento que hacía imposible que pudieran moverse. Simplemente estaba cansado, confundido, furioso y triste. El rechazo de su novio -ex, exnovio. Joder como lo odiaba- no ayudaba a su humor, era como las escazas veces que peleaban, pero estaba vez no se solucionaría con una disculpa, besos y una sesión de sexo contra la mesa.
—Jamás te importó eso. Incluso disfrutabas de que fuera cariñoso en público— por supuesto que no estaba haciendo un puchero, claramente no estaba herido.
Izuku hizo una mueca, guardando su celular. —Eso fue hace mucho tiempo, Bakugo.— antes de que pudiera replicar algo, continuó. —¿Lograste tener información de tu celular?
—Esta jodida cosa no sirve— tiró el aparato en las manos del pecoso, apenas logrando tomarlo entre sus dedos e inspeccionarlo. La pantalla estaba rota, el sensor de huella estaba dañado, pero todavía pudo prenderlo y apreciar el fondo de bloqueo de lo que parecía ser un gato mediano y esponjoso con colores variando desde el blanco hasta el café claro y un poco de café oscuro atigrado. Era bonito, y parecía muy bien cuidado. Debajo del patrón de números se encontraba el bloqueo especial en alerta de haber intentado demasiadas veces desbloquear el dispositivo sin éxito.
—¿Tienes un gato?— quiso maldecir a su garganta por la emoción en su tono de voz. Sus ojos resplandecían con curiosidad y adoración al minino adorable en la pantalla rota, y Katsuki pareció notarlo, apretando los labios, reprimiendo el cosquilleo de sus dedos por hundirlos en sus mejillas y apretar cariñosamente. En cambio, se encogió de hombros.
—Al parecer.
—Pero...eres alérgico— soltó sin querer. Era más un pensamiento fugaz de una mente confundida. Sabía que Katsuki no tendría una foto de un gato desconocido, pero tampoco podía aceptar la idea de que tuviera una mascota. El cenizo nunca fue una persona de mascotas, sobre todo de aquellas que tiraban pelo por cualquier lugar, estaba seguro de que sufriría un ataque por su afición por la limpieza. También estaba el plus de que era alérgico a los gatos; nada demasiado letal pero los estornudos aparecían de forma molesta, es por eso por lo que ellos jamás habían adoptado un gato a pesar de lo mucho que Izuku había querido tener uno. No encontraba explicación alguna y le frustraba un poco no poder recibir respuestas de un cenizo que evidentemente no recordaba esa parte de su vida.
ESTÁS LEYENDO
Limerencia || BakuDeku
Fanfiction-Katsuki, tú y yo terminamos hace más de un año. Él no podía dar crédito a lo que escuchaba, porque hace apenas unas horas juraba haber tenido una de las mejores mañanas junto a un sonriente Deku que le decía que lo amaba. ...