Capítulo XI

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—Veintidos horas con cuarenta y siete minutos de clases llevamos teniendo desde que comenzamos las clases la semana pasada.

Al comentario de Ryunosuke Kato, tanto Hiroto Nakamura como ______ Ito voltearon a verlo por el rabillo del ojo, siendo que estaba sentado entre ellos.

—¿Y eso qué?— escupió las palabras bobo dos.

—Es un poco más de un tercio de lo que tendríamos que haber tenido de clases con el profesor.

La muchacha soltó un suspiro para recostarse en su asiento. Ya era viernes y las clases habían terminado. O mejor dicho, no tuvieron porque el profesor no se presentó.

—Vayamos ya mismo a ver qué está sucediendo con él.

Mencionó Nakamura mientras se ponía de pie y se dirigía a la puerta del salón en el que estuvieron encerrados toda la mañana aguardando a cualquier señal por parte de su responsable, situación que jamás sucedió.

Se detuvo en el umbral para voltear a ver a los otros dos que tenían la vista en otras cosas: Kato en un libro e Ito en la pared.

—¿No vienen?

Ambos apenas giraron a verlo.

—¿Lo dices en serio?— interrogó el muchacho.

—Sí. No sean tontos— frunció sus cejas.

La vista de Ryunosuke viajó a la chica que de nuevo desvió la mirada a lo que estuvo viendo con anterioridad. ______ tenía que admitir que de verdad no sabía qué hacer en esa situación, menos si la última vez que cruzó palabra con ese compañero fue a comienzo de la semana, en esa pequeña confrontación.

Dijo lo que tenía que decir, pero igual seguía sintiéndose mal. Por unos días creyó que se llevaría muy bien con ambos chicos, y de pronto descubría eso. No pudo hablar del tema con su padre ni con el director, por no saber cómo tocarlo al mismo.

—Agh, vamos.

Al oírlo a un lado de ella, sintió como la rodeaba con sus brazos para, con un ágil movimiento, posarla sobre su hombro como una bolsa.

—A ti no te alzaré, así que camina. Ya no soporto a este profesor— se dirigió a Kato para caminar de nuevo a la puerta.

—No seas. ¡Ya bájame!— dijo _____ comenzando a molestarse.

—¿Te hubieras levantado si no te sacaba de ahí?— preguntó molesto, recibiendo una negativa por parte de la fémina —Así que vamos. O somos los tres o no va ninguno.

—¿Quieres que nos quememos los tres y no solo tú?— habló con obviedad el chico que quedaba por detrás, cerrando el salón para alcanzarlos.

—Sí, y porque dijimos que esto lo haríamos juntos. Y no pienso quedarme con las ganas de patear un trasero.

_______ arqueó una ceja, viendo a Ryunosuke caminando detrás de ellos y haciendo el mismo gesto que ella.

—Al menos pídeme disculpas después de lo que me dijiste el lunes— dijo molesta, tratando de hamacar para ser liberada.

Le molestaba esa actitud que estaba teniendo con ella después de todo. ¿Cómo podía atreverse a levantarla así como si nada? ¿Qué tan raro tenía que ser? ¿Al menos había entrado en razón?

—Si lo hago me pondré cursi y eso no va conmigo. Y el genio está presente, así que me va a molestar más que tú— dijo seriamente.

—¿Tienes un lado tierno?— interrogó bobo uno, asomándose por un lado para intentar verlo, con la duda picándole por todo el rostro.

ENTRELAZADOS |Satoru Gojo y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora