—¿No tienes quitaesmalte, Ito?
—No... No soy de pintarme las uñas. Siempre se me termina corriendo porque no me estoy quieta— mencionó la muchacha mientras tenía la vista puesta en el cuaderno de la preparatoria de su tío.
Ya era viernes a la tarde, y desde ese lunes a la noche, no hicieron la gran cosa por el estado en el que habían regresado. Para buena suerte de ella, las vendas de sus manos se las pudo quitar ya para el segundo días, estando mucho mejor. Ya no sentía nada.
Ahora, ambos se hallaban sentados a las afueras del edificio, relajándose tras la pesada clase que habían tenido durante toda la mañana. Ni siquiera les dio unos minutos para despejarse el profesor. Ryunosuke Kato se ausentó por minutos para ir al baño, incluso dándoles el tiempo que tardaría en ir y volver, a lo que los dos chicos que quedaban les dijeron que solo fuera. Y, el que se pintaba las uñas, le dijo que hasta se ahorrara el comentar cuántos litros desagotaría.
—¿Pero no era que te gustaba tenerlas pintadas?— alzó la vista de las páginas a él.
—Solo quiero cambiarme el esmalte. Este ya está muy gastado, y se nota que me crecieron las uñas— dijo, estando atento a quitarse la pintura de un dedo.
—¿Por qué te las sueles pintar?— preguntó suavemente, tratando de no poner a Hiroto en modo defensivo.
—A mi hermana le gustaba pintarse las uñas, y me las pintaba a mí también para entretenerse un rato— soltó despacio.
Ni siquiera ella misma se creía que estaba obteniendo respuesta de su parte.
—Yo... siento lo que pasó esa vez...— soltó cabizbaja. Tampoco podía creer que Tatsuya fuese a dejar a alguien morir. Debía de haber una explicación tras eso.
—No tienes que sentirlo— el muchacho levantó el rostro sin expresión a ella —. Después de todo, es como tú dijiste: no tengo que confundirte con tu tío... Sé que lo negué el otro día, pero sí eres mi amiga... Y perdóname por cómo te traté por eso...
Cuando desvió la vista a otro lado, ______ se acercó a él mientras cerraba el encuadernado y lo dejaba reposando sobre sus piernas. Le dio un pequeño golpe amistoso en el hombro, buscando su mirada.
—Me alegra ver otras capas de esta cebolla...
—¿Eso no lo sacaste de una película?
—Sí, burro.
—Salió la tercera película hace unos meses. ¿Ya la has visto?
—No. Estuve en época de exámenes finales en mi antigua preparatoria cuando estuvo en cines y, lo menos que quería hacer, era salir— dijo con una risita.
—Podríamos rentarla y verla los tres— propuso, agregando una pequeña sonrisa.
—Me parece buena idea— asintió sonriente, para dirigir la vista al esmalte que reposaba a un lado de Hiroto, quien también se hallaba sentado —. ¿Me pintarías las uñas?
—¿Pero no era que no te las pintabas?— arqueó una ceja con diversión, volteándose a tomar el objeto.
—Prometo estar quieta mientras espero a que se me sequen— juntó sus manos frente a su rostro, sonriendo de la misma forma que él.
Las posó en el suelo al tiempo en que el apellidado Nakamura quitaba el pequeño pincel cargado de esmalte, comenzando a pintarla con delicadeza.
—Tienes muy cortas las uñas... Veo que te cortas las cutículas. ¿Luego me prestas el corta cutículas?
—Me resultan más prácticas, y claro...— dijo atenta a las pinceladas. Ni siquiera se salía de la uña, y lo cargaba con lo necesario, teniendo una forma de pintar bastante técnica.
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ENTRELAZADOS |Satoru Gojo y tú|
FanfictionDesde ese primer cruce, su vida ya no había sido la misma, adentrándose gradualmente en ese mundo que tanto había profesado odiar. Ahora su tarea era entrelazar los hilos sueltos para formarse como hechicera, impulsada tanto por el deseo de proteger...