ENTRELAZADOS |Satoru Gojo y tú|

Capítulo XXII

Se hallaba sentada a la mesa de la casa de sus padres. Era sábado por la noche. Durante todo el día estuvo con Megumi y Tsumiki, junto a Satoru. Jugó y habló bastante con ambos niños, mientras que su novio los seguía desde atrás, atento a la imagen que le hacía sacar una tierna sonrisa.

Su vista se dirigió a su abuela que se hallaba hablando con Satoru, al tiempo en que el mismo recibía una mala mirada por parte de Takeshi que estaba sentado en la punta del mueble, frente a él.

—¿Así que es cierto que mi cuñado los recibió?

—Sí, ya me echaba de menos. A veces creo que los hombres de esta familia me desean más que mi propia novia— dijo sonriente, cargando sus palillos para voltear a ver al hijo de esa mujer —. ¿No es cierto, suegrito?

Él rodó los ojos para seguir comiendo, tratando de ignorar su presencia.

—Y dijo que ya tenía una arma para mí— agregó ______, bajando el vaso que había llevado a sus labios.

—¿Y cómo es?— interrogó su padre.

Durante toda esa semana, había llamado poco a casa por el hecho de que se quedaba dormida por el cansancio o por entrenar hasta tarde su técnica. Llamó para ver más bien cómo se hallaba todo por allí, olvidando contar varios datos como, por ejemplo, la visita a la finca Ito en Chiba y la misión que tuvo el lunes.

Su abuela, Mitsuko, seguro se había enterado por Shukumei. No podía dudarlo, y menos si debía de comentarle algo respecto a que vio a Gojo junto a ella. Ahora era como una novela que compartían entre ellas, pero siendo Tokiko la fan número uno. Hasta quería mercancía especial.

—Es una katana fragmentada.

—Ya me la imagino— mencionó viéndola —. Pensé que no querías verlo por nada al tío Takumi.

—Pues... sí, así era... Pero tenía que sacarme unas dudas, y Shukumei hizo que Satoru nos llevara— indicó, apenas volteando a ver a su novio que justo bajó la mirada a su plato, fingiendo que no la estuvo viendo.

—¿Dudas?— interrogó Ume, su mamá, estando sentada a su lado.

—Sobre mi técnica.

—¿No te dio el Historial Ito?

—¿El qué?

Regresó confusa a su progenitor. El abuelo Takumi no le había hablado al respecto de eso. Ni siquiera lo mencionó. Y de nuevo, la vista del de blancos cabellos se posó en ella.

—Es un libro antiguo, en donde los Ito que tuvieron la técnica, escribieron sus experiencias con la misma y consejos para futuros herederos. Tatsuya lo tuvo— informó Takeshi, llevando comida a su boca.

—No... La verdad que no...

—Tokiko me dijo que mi cuñado la llamó para que le ayudara a buscarlo— se involucró Mitsuko, dirigiendo la vista a su nieta que estaba frente a ella —. Lleva así desde el lunes, y siguen sin encontrarlo.

—Hay que tener en consideración que el tío Takumi es muy mayor, y ya hay muchas cosas que se le pueden estar olvidando— dijo suavemente Ume, viendo a su suegra.

—Sí— asintió la misma —. Se lo llevó hace nueve años, a días de la muerte de Tatsuya.

— ¿Y por qué no lo dejó?— cuestionó curiosa la más joven.

—El tío Takumi es el guardián de la información de este clan. Y hasta que tú no tomaras consciencia del poder de tu técnica, lo tendría él. Además, en esos tiempos no querías saber nada sobre la hechicería, y ahora estás sentada junto a un hechicero— dijo lo último con las cejas fruncidas, regresando Takeshi la vista a su yerno que le volvía a regalar una gran sonrisa.