Se quedaron viendo con una mujer mayor que quedó con la boca abierta por la sorpresa de aparecer en medio del jardín de aquella vivienda, dejando caer el agua de la regadera sin consciencia sobre las flores.
—Abuela Ayame, es un gusto verla...— sonrió nerviosa ______, sin poder soltarse de la mano de Satoru Gojo todavía.
—______...— dijo saliendo de su sorpresa, y viajando su vista por las otras tres personas que estaban allí —¿Qué... los trae por aquí?
Shukumei se alejó un paso hacia el costado, tratando de mantener una seria postura mientras que Megumi veía a todos lados desde los hombros del de blancos cabellos.
Dejó el objeto a un lado para realizar una reverencia ante ellos, oyendo desde la muchacha que eso no hacía falta.
—Venimos para hablar con el señor Takumi. La señorita ______ desea que le haga una arma personalizada— habló Tokiko, apresurándose a Ito.
La otra anciana alzó la cabeza, mostrando su semblante sorprendido. No esperaba eso.
—¿Es cierto?— y regresó la vista a su nieta, quien asintió lentamente —Está bien... Mi marido debe de estar en su taller en estos momentos. Por favor, síganme— indicó para comenzar a caminar.
La vista de la fémina regresó a su mano que seguía sin ser soltada por su novio, quien mantenía un ceño bastante molesto. Después de todo, ese era el mismo lugar en el que la había retado a un duelo a muerte su familiar.
Estiró la mano libre hasta una de sus mejillas y ganándose su mirada azul. Le regaló una pequeña sonrisa, ocasionando así que dejara escapar aire por sus fosas nasales y tranquilizara los músculos de su rostro. Y luego le tocó apenas la canilla al apellidado Fushiguro quien también la vio con la curva en sus labios, y que la imitó un poco en ello.
—Querido... tienes visitas— indicó la mujer al abrir la gran puerta de una edificación que quedaba bastante alejada de la vivienda.
—Hazlos pasar.
Oyó el serio tono del hermano de su abuelo, lo que provocó que un escalofrío recorriera su columna vertebral.
Ayame se hizo a un lado, dándoles el paso.
______ respiró profundamente antes de dar un paso en el interior del taller, sin permitir que su mirada vagara por todas las cosas que habían dentro debido a los nervios que la carcomían. Incluso dejó de oír el ruido de que habían hierros que golpeaba entre sí el mayor.
A los cuantos pasos, finalmente lo divisó sentado, ya observándolos.
Sintió que todo se paralizó y más cuando los ojos de Takumi demostraban que no eran bien recibidos por allí.
—Abuelo Takumi...— apenas inclinó la cabeza, ya que la mano de Satoru no le permitió hacer más que eso.
—Señora Shukumei, señor Gojo, _______... y un niño. Que sorpresa tan extraña— dijo sin emoción alguna, permaneciendo sentado en la pequeña banqueta.
—¿Ya me estaba extrañando, abuelito?
La chica regresó a ver a su novio que habló con un tono burlón, viendo al mayor con una sonrisa provocativa de su enojo.
—¿A qué vienen?— su vista viajó del hechicero a ella, apenas frunciendo las cejas.
Tokiko le dio un ligero empujón, animándola a hablar.
—Por una arma personalizada para mí.
Habló tratando de mantenerse seria. Ni siquiera veía la oportunidad para preguntarle respecto a lo que habló con Shukumei por el miedo que sentía. Prefería regresar cuanto antes para mejor seguir buscando información de otras fuentes.
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ENTRELAZADOS |Satoru Gojo y tú|
FanfictionDesde ese primer cruce, su vida ya no había sido la misma, adentrándose gradualmente en ese mundo que tanto había profesado odiar. Ahora su tarea era entrelazar los hilos sueltos para formarse como hechicera, impulsada tanto por el deseo de proteger...