El único ruido que alcanzaba a llegar desde la planta baja era la música retro de su madre, sirviendo como indicador que esta había llegado de su trabajo veinte minutos atrás. Por lo menos eso sospechaba Ailinne, tras los ladridos de Hunter que servían como indicador de cuando alguien entraba a la casa. Sin embargo, la chica había optado por mantenerse en el interior de su habitación como lo llevaba haciendo desde el recital de Danielle.
Si bien, ignoraba lo que la mayor podía haberles dicho a sus padres, algo la orillaba a creer que su hermana era la responsable de la aprensión de Priscila y Liam en los últimos días. Como si cada vez que lograba dar un paso hacia la confianza de sus padres, retrocedía por alguna razón que desconocía. Tal vez Danielle buscaba desquitar con ella el enojo generado por las peleas con Eva, al hablar con sus padres de ella... Si es que eso tenía sentido.
El sonido de su celular le hizo apartar su mente de cualquier tema ajeno, tomándola por sorpresa al leer el nombre en la pantalla. Anticipándose a lo que Eva quería, la chica atendió la llamada, recibiendo como respuesta un saludo que revelaba la timidez que la Pelinegra sentía en ese instante.
El intercambio de palabras duro lo suficiente para confirmar la asistencia de la menor al día siguiente. ¿Eva estaba siendo sínica al pedir la ayuda de Ailinne tras lo ocurrido en la presentación de Danielle? Es decir, aparecer e iniciar una discusión acerca de banalidades justo antes de comenzar con el recital de su novia. De haber sabido que eso pasaría, se habría quedado en casa.
Eva parecía estar siendo injusta con todo lo que estaba pasando, lo cual era cierto, pero admitirlo le traería más consecuencias de las que podría manejar. Después de todo, había defraudado la confianza de la Castaña. No sería sencillo, pero debía enmendar su error, de eso estaba segura.
Es así como, asegurando que pasaría por ella al día siguiente, Eva dio por concluida la llamada.
Sin tiempo para perder, Ailinne abandono su celular sobre la mesa de noche, antes de envolverse en las cobijas y dejarse vencer por el sueño. Resultaba agradable no tener que sobre pensar nada durante sus horas de descanso, dejándole así los diferentes escenarios arbitrarios que cambiaban. En todo caso hasta que la habitación comenzaba a esclarecer por los rayos del sol que hacían su nueva aparición, terminando por anunciar un nuevo día, el cual no le dejaba mayor elección que levantarse para ir a desayunar junto a su familia. No sin antes cambiar su pijama y arreglar su cabellera completamente alborotada, en caso de que Eva decidiera adelantar su llegada.
Al entrar a la cocina se encontró con Liam preparando una masa para waffles, al tiempo que conversaba con Priscila. Su madre estaba en el pequeño jardín trasero, por lo que se había puesto a escarbar agujeros profundos en el pasto recién colocado para trasplantar las macetas que acumulaban una variedad de plantas y flores que no dejaba de comprar en sus tiempos libres. Ambos adultos demasiado dedicados a sus respectivas labores, viéndose interrumpidos por comentarios aleatorios que intercambiaban cada pocos segundos.
—Buen día, Ali. —Su padre saludo mientras picaba trozos de fruta, y esperaba que la luz de la wafflera cambiara de color.
Devolviendo el saludo, Ailinne ocupo un lugar en la barra que almacenaba los ingredientes utilizados previamente. Sn deseos de unirse a la charla, la adolescente escucho a sus padres con el mínimo interés. Estos no se molestaron en disimular el orgullo que les causaba Danielle al haber protagonizado el recital, haciendo un énfasis especial en lo encantadora que había lucido, pese al incidente con Eva.
A ninguno de los dos les parecía importar que una semana hubiera pasado, estos aún discutían del tema tal como lo habían estado haciendo en los últimos días.
En cuanto Danielle se les unió, dieron inicio con un desayuno que no sufrió mayor variación. Los temas de conversación se limitaron a la función de la mayor, a la escuela o a sus respectivos trabajos, por lo que en ningún momento Ailinne se animó a mencionar la exposición de Eva. A decir verdad, ninguno de los cuatro tenía pretensiones de hablar de la Pelinegra, pues resultaba evidente que la pareja atravesaba un momento tenso. Al menos hasta que...
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INEVITABLE ERROR
Teen FictionTras los problemas que atravesaron en el pasado, Ailinne y Caleb aún debían comprender que había temas por resolver. ¿Qué se supone que harían al reencontrarse? Quizá resulte más sencillo ignorar todos aquellos sentimientos, a la vez que pretenden n...