Resultaba extraño que, pese al tiempo transcurrido y pese a que había sido alejada de todo lo que conocía, así como de absolutamente todas las personas que amaba solo para vivir en otro estado, la chica todavía podía recordar con una claridad impresionante cada uno de los trece meses que había estado lejos de la ciudad.
Desde julio del año pasado, el mes donde se había marchado; hasta agosto junto a septiembre, los cuales terminaron siendo los meses más complejos con los que tuvo que lidiar, ya que de nada habían servido pasar por alto las advertencias, o todas las mentiras dichas a su familia, tampoco importaba todo lo vivido con sus amigos; sin mencionar que su esfuerzo por reunir valor y hacer claros sus sentimientos había sido también en vano... ¿Cómo olvidar aquel día en donde la subieron al carro sin la oportunidad de decir adiós?
Los meses que siguieron alcanzó a sobrellevarlos al descubrir que era más sencillo rehuir de sus problemas, mientras que su capricho la instaba a regresar a la ciudad y aclarar cada uno de los temas que continuaban inconclusos, su parte derrotista agradecía la oportunidad de estar lejos de aquello que no podía enfrentar.
Fue así como octubre, noviembre y diciembre pasaron con una inusual normalidad que rayaba en lo cómico: las calificaciones de la chica volvían a destacar como no lo hacían en mucho tiempo, devolviendo su tranquilidad propia; al no tener amigos cercanos, la adolescente se mantenía fuera de situaciones que provocaran la preocupación de los adultos (solo hubo una excepción que no merecía la pena ser mencionada de momento), terminando por restaurar casi en su totalidad la confianza de Priscila y Liam. No obstante, la llegada de otro año trajo consigo un recordatorio de las nuevas posibilidades, que no necesariamente resultaban ser buenas.
Adaptarse al nuevo comienzo había sido un proceso largo y desgastante, es por ello que a ninguno de los cuatro integrantes de la familia (especialmente Ailinne) le hizo gracia que Priscila recibiera un memorándum en donde se le notificaba que su contrato tendría la extensión suficiente para que la menor de sus hijas concluyera con sus estudios en julio del año actual, dejándoles medio año para planear el retorno a la ciudad.
Está bien, la chica siempre supo que el trabajo sería algo temporal, solo que ¿Por qué todo eso sucedía justo cuando estaba rehaciendo su vida?
Demasiadas preguntas y como era usual, no había ninguna respuesta. Las circunstancias parecían ser parte de un chiste de mal gusto, pero no. A decir verdad, solo era el resultado de las decisiones precipitadas de sus padres, los cuales no se molestaron en hallar una resolución que no involucrara mandar a la Castaña a vivir con su madre sin siquiera consultarlo con ella.
Sin mayor alternativa, el inicio del año les dio la ventaja idónea para que Ailinne diera inicio con su largo proceso de inscripción a la preparatoria, y para cuando junio se abrió paso, la chica regreso a la ciudad apenas unas cuantas horas que le impidieron ver más allá del edificio en donde presento su examen de admisión. En ningún momento se encontró con algún viejo amigo, mucho menos con cierto chico que aún removía el anhelo más oculta dentro de su necio corazón... En ningún momento tuvo siquiera la ocasión de visitar su casa para compartir como mínimo cinco minutos con Danielle, quien se continuaba apartando de ella desde la mudanza.
Basta, Ailinne. Se reprendió a sí misma. De nada sirve recordar...
Poniendo fin a las reflexiones de la adolescente, Priscila se hizo dentro de la pequeña habitación con la intensión de comprobar el progreso, encontrándose con el espacio un tanto (bastante) desorganizado. Aún si la cama que estaba designada a Danielle se mostraba intachable, el resto del espacio almacenaba montañas de ropa, junto con varios objetos como mochilas, calzado o cualquier cosa que las personas suelen guardar dentro de sus habitaciones. En una de las esquinas había una bolsa negra que almacenaba basura y algunas cosas que la Castaña no deseaba llevar consigo, como el resto de los libros de texto que había utilizado a lo largo del año.
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INEVITABLE ERROR
Fiksi RemajaTras los problemas que atravesaron en el pasado, Ailinne y Caleb aún debían comprender que había temas por resolver. ¿Qué se supone que harían al reencontrarse? Quizá resulte más sencillo ignorar todos aquellos sentimientos, a la vez que pretenden n...