JongIn
El príncipe Do KyungSoo de Eldorra iba a ser mi perdición. Si no mi muerte literal, la muerte de mi paciencia y mi cordura. Estaba convencido, y eso que solo llevábamos dos semanas juntos.
Nunca había tenido un cliente que me sacara tanto de quicio como él. La verdad es que era guapo (nada bueno cuando estás en mi posición) y encantador (con todos menos conmigo), pero también era una mosca cojonera. Cuando yo decía «derecha», él iba a la izquierda; cuando yo decía «vamos», él se quedaba. Insistía en ir a eventos multitudinarios sin avisar, antes de que yo pudiera examinar el terreno, y se comportaba como si mis medidas de seguridad se pudieran improvisar de cualquier manera.
KyungSoo decía que siempre lo había hecho así con Booth, y todo había ido bien. Le dije que yo no era Booth, así que me daba igual lo que hiciera o dejara de hacer cuando estaba con él. Ahora mandaba yo.
No se lo tomó bien, pero me importaba un bledo. Mi función no era ganar el título a Mr. Simpático. Mi función era que estuviera a salvo.
Esa noche habíamos ido al bar más abarrotado de gente de Hazelburg. La mitad de Thayer había ido para aprovechar las copas a mitad de precio de la noche del viernes, y estaba seguro de que el bar había sobrepasado su aforo máximo permitido.
Música alta, gente ruidosa. Era el tipo de sitio que menos me gustaba, y, al parecer, el que más le gustaba a KyungSoo, teniendo en cuenta lo mucho que había insistido para ir.
—Así que... —Su amigo pelirrojo, MinSeok, me miró por encima de una copa—. ¿Conque estabas en la Marina, eh?
—Sí. —No me engañó su tono irónico ni su actitud de chico alocado. Había investigado a fondo los antecedentes de todos los amigos de KyungSoo antes de aceptar el trabajo, y sabía de sobra que Kim MinSeok era más peligroso de lo que aparentaba. Pero no suponía ninguna amenaza para KyungSoo, por lo que no mencioné lo que había hecho en Ohio. No era mi cometido contar esa historia.
—Me encantan los militares —ronroneó.
—Exmilitar, Min. —KyungSoo ni me miró mientras apuraba la copa—. Además, es muy mayor para ti.
Era una de las pocas cosas en las que estábamos de acuerdo. Yo solo tenía treinta y un años, así que no era mayor en absoluto, pero ya había hecho y presenciado suficiente mierda como para sentirme mayor, especialmente en comparación con unos jóvenes universitarios que ni siquiera habían tenido un trabajo serio todavía.
Yo nunca me había sentido joven, ni siquiera de niño. Crecí entre la escoria y la basura.
Mientras tanto, KyungSoo se sentó delante de mí y me miró como el príncipe de cuento que era. Tenía los ojos negros y grandes y los labios gruesos y rosados encuadrados en un rostro en forma de corazón, una piel perfecta de alabastro y una melena dorada. La camiseta le dejaba al aire los hombros suaves y en las orejas le brillaban unos pequeños diamantes.
Joven, rico y de la realeza. Lo opuesto a mí.
—Negativo. A mí me gustan mayores. —MinSeok aumentó el voltaje de su sonrisa mientras me miraba de arriba abajo—. Y estás bueno.
No le devolví la sonrisa. No era tan tonto como para mantener ningún tipo de relación con la amigo de un cliente. Ya tenía las manos ocupadas con KyungSoo.
Es un decir.
—Déjale en paz —se rio JunMyeon. Graduado en Diseño de Moda y Comunicación. Hija de un abogado medioambiental y la jefa de personal de un alto cargo del gobierno. Estrella de las redes sociales. Repasé mentalmente todo lo que sabía sobre él mientras hacía una foto del cóctel antes de darle un sorbo—. Búscate a alguien de tu edad.
![](https://img.wattpad.com/cover/372225899-288-k916081.jpg)