11: jealous of the way you look at me; i'm jealous

293 19 7
                                    

Autor: oooohscar

Pareja: Jotaro x Kakyoin

Palabras: 2859

Advertencias: Ninguna

Original:
https://archiveofourown.org/works/33760321

Resumen
Han derrotado a DIO, ambos han vuelto con vida contra todo pronóstico. Jotaro Kujo debería estar en paz, pero un repentino aumento de la popularidad de Kakyoin le hace hervir la sangre de celos.

━━━━━━━━━━━━

Fuera lo que fuese lo que Jotaro había estado esperando al volver del viaje a Egipto, no había sido eso.

En el hospital, mientras Kakyoin se recuperaba, habían hablado de lo que el pelirrojo iba a hacer después y Jotaro se había alegrado tanto -en el fondo, por supuesto, sin mostrar nada en su cara- cuando supo que Kakyoin tenía la intención de cambiarse a su escuela permanentemente, incluso si su acto de "estudiante transferido" al principio sólo había sido un engaño ideado por Dio.

Así que, cuando los dos se habían recuperado completamente y el nuevo año había comenzado (ambos tuvieron que tomar el año de nuevo, ya que sus cincuenta días de ausencia habían sido demasiado para que la escuela los ignorara), Jotaro había esperado completamente estar en clase con Kakyoin.

Esto no era lo que actualmente le hacía apretar los puños en los bolsillos, o fruncir más el ceño hacia el pelirrojo.

Lo que le molestaba era el hecho de que Kakyoin, aparentemente, era popular entre chicos y chicas por igual. Muy popular.

Hacía mucho tiempo que Jotaro había aceptado que el pelirrojo le resultaba atractivo, aunque hubiera mantenido sus sentimientos reprimidos en su interior como le gustaba hacer, pero de algún modo nunca había pensado que los demás también mirarían a Kakyoin con ojos de deseo.

Bastante estúpido por su parte, la verdad, porque Kakyoin era precioso. Al principio, a uno podía extrañarle su pelo rojo brillante o sus brillantes ojos púrpura, pero si uno miraba más allá una vez, empezaba a encontrarlo realmente hermoso. La forma en que su pelo caía sobre su nuca, la manera en que su flequillo más largo se enroscaba junto a su cara, rebotando con sus pasos. Era bastante alto para ser un adolescente japonés, atraía las miradas igual que Jotaro, sobre todo por la elegancia con que caminaba, con ese contoneo de caderas que hacía que la gente que lo miraba con demasiada intensidad para el gusto de Jotaro. Le gustaba llevar el uniforme siempre abotonado hasta arriba, lo que daba la impresión de un estudiante de honor primoroso y ordenado, pero también conseguía resaltar su hermosa silueta: hombros anchos, cintura afilada. Piernas interminables.

Y no era sólo su aspecto, sino cómo actuaba. Cómo se comportaba, siempre con la cabeza alta y las manos agitándose suavemente mientras hablaba. Tenía unas manos preciosas, se había dado cuenta Jotaro hacía tiempo, callosas en ambos índices de tanto sostener bolígrafos y pinceles para pintar, con dedos largos. A veces se ponía una ligera capa de esmalte transparente, y cuando lo hacía sus uñas brillaban positivamente. A Jotaro nunca le habían gustado mucho las chicas que se pintaban las uñas, pero había empezado a entender su atractivo cuando se lo vio a Kakyoin.

Y Kakyoin era tan inteligente, pero no de un modo pedante. Te ayudaba a estudiar y nunca te sentías tonto por ello; era una extraña máquina de datos, que de alguna manera sabía trocitos de todo, lo que siempre propiciaba una conversación maravillosa con él. Jotaro se había encontrado hechizado infinidad de veces por la forma en que hablaba de las medusas o de la tala de árboles mientras ambos estaban sentados en el polvoriento jeep de vuelta a Egipto, hundidos en los asientos traseros y acurrucados lejos de los sonoros ronquidos de Polnareff.

Jojo's Bizarre Adventure Collection Donde viven las historias. Descúbrelo ahora