Jojo's Bizarre Adventure Collection

18: Marine Cerasus

Autor: SarcasticSketches

Pareja: Jotaro x Kakyoin

Palabras: 18344

Advertencias: Ninguna

Original: https://archiveofourown.org/works/6759502

Resumen
Jotaro conoce a su primera sirena durante una expedición rutinaria para recoger muestras de agua del área de investigación 4, frente a la costa de Miami. Bueno, "sirena" como una de esas criaturas míticas de las que uno oye hablar de niño, pero en realidad conoce a un sireno. Merbeing.

Una sirena bastante atrevida.

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Había tomado la lancha motora Speedwagon Marine una mañana temprano, con el objetivo de evitar el pico de embarcaciones turísticas que aparecían entre el mediodía y el final de la tarde. Una vez que llegó a la zona designada del océano, apagó el motor para dar tiempo a que cualquier contaminante se dispersara de la zona antes de ponerse manos a la obra. Jotaro se entretuvo preparando su termómetro y su medidor de humedad para controlar las condiciones ambientales mientras tomaba muestras.

Con los guantes de látex subidos hasta el codo, una hora más tarde, Jotaro se arrodilló en la proa, arrastrando consigo una caja de hielo. Recogió uno de los muchos tubos falcon esterilizados y etiquetados de la nevera y desenroscó el tapón de uno de ellos. Arrastrando los pies hasta que su gigantesco cuerpo se inclinó sobre la borda, metió la mano en el agua. Dejó que el agua se acumulara y se asentara durante un par de minutos dentro del recipiente, antes de hundir con cuidado la otra mano en el agua para volver a enroscar la tapa. Colocó el tubo en la nevera y cogió otro vacío para repetir el proceso.

En su quinta muestra, observó otro barco en su periferia. Lo había visto antes y sabía que pertenecía a un cazador que vivía más arriba del Centro Marino. Estaba terminantemente prohibido cazar en las zonas de investigación propiedad de la fundación Speedwagon, y hasta ahora este cazador no les había dado ningún problema. Pero hoy se estaba acercando bastante.

A juzgar por el patrón irregular que seguía el barco sobre el agua, Jotaro suponía que estaba siguiendo a algo en concreto. El biólogo marino sintió una punzada de disgusto y se le encendió una pequeña llama de ira, pero no estaba en su derecho de darle la lata al otro hombre. Tragándose sus opiniones personales sobre el asunto, Jotaro empezó a terminar de meter todas las muestras en la nevera y a cubrirlas con grandes cantidades de hielo.

Metió la caja de hielo en una bolsa aislante para congelador y volvió a ver el barco de caza. Esta vez estaba definitivamente dentro de los límites del área de investigación. Tras dejar la bolsa con cuidado en la cabina de mando, Jotaro volvió a la cubierta abierta para observar el avance de la embarcación justo cuando sintió que algo chocaba con la popa.

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Kakyoin iba a morir de un infarto.

Reconocía que hablar con marineros, dado lo que él era, más los mitos atribuidos a los de su especie por los humanos, hacía que su costumbre fuera un poco arriesgada. Sin embargo, nunca había esperado que le saliera el tiro por la culata después de entablar frecuentes conversaciones "amistosas" con el psicópata local, como así resultó.

Eres tan hermoso, le había dicho. Sería un crimen encerrarte en una jaula, sólo espero que sigas viniendo. Me gusta hablar contigo. Espero que puedas ser mi amigo.

Kakyoin se habría reído si eso no le hubiera hecho tragar una gran porción de agua en los pulmones, lo que habría dificultado seriamente su intento de huida. Sinceramente, en momentos como aquel maldecía su predisposición genética a la adulación; a los Merbeings les encantaba que les dijeran lo guapos que eran. Halagar sus escamas, su físico o su pelo eran todos puntos extra, y el maldito de Dio había acertado en cada uno de ellos.