Pellejo abúlico

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deterioro en el sol que se oculta bajo la montaña.

escupo la bilis, paso las páginas.

trato de formular preguntas

para esa respuesta que no me halla.

descubro desniveles entre metáforas,

recreo cánticos voraces

y mato gente durante la madrugada.

a veces me siento

insensible e inhumano,

a veces no me siento,

no me percibo

por eso

temo y me exhibo.

declaro y confieso

los pecados de este pellejo.

y voy desmembrando

las sobras que me tiran,

estoy cautivo en ironía.

ellos me odian pero vigilan.

mi madre me creó una paranoia,

ahora creo tener manía persecutoria.

me esperan en las esquinas,

no fuman puros ni tabaco,

se inyectan café en los huesos

quienes se dicen letrados.

ya no sé ni lo que digo,

a veces no me autopercibo.

me comparan con muñecas

cuando soy el diablo,

no he sido poseído,

de errores está lleno mi camino

por eso escribo.

escribo para no llorar, derrito lágrimas,

con estas manos las voy destripando,

les saco el jugo.

a veces me pierdo,

nunca me encuentro,

soy un vagabundo

sacando filo en su cuchillo.

despierto

y me dan ganas de volverme caníbal,

la misantropía ha trepado tanto por mis nidos

que ahora puso huevecillos.

no los pude tragar,

se quedaron atorados

en ese nudo de garganta

que no se desenrollará.

bah, no importa si lo digo:

¿qué pasa si me desvivo?

no importa, ya no pienso en la muerte. ella me abandonó a mi suerte y decidí tomar el camino más duro porque esa dice ser la decisión de los valientes... pero solo soy un boludo, me da pereza tomar el cuchillo, me da pereza penetrar mi tráquea, me da pereza asesinar y cometer suicidio.

ya he dejado de desear no estar vivo

pero

a veces el dolor se torna aburrido.

ya no quiero seguir en lo mismo...

AutorretratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora