Introducción:
Anuncio publicado el 8 de diciembre, 2023I
Me causa curiosidad saber cómo me perciben las personas. Específicamente, quienes visitan mi perfil. ¿Doy miedo? ¿Parezco interesante? No sé, hago lo posible por provocar emociones específicas pero nunca sé si eso sucede. Quiero causar intriga y admiración en la gente, de la misma forma en que algunas personas lo causan en mí.
Me esfuerzo por tomar decisiones específicas, certeras, guiadas por mi propia ansiedad y con ese fin. Sin embargo, ¿lo consigo? ¿Lo evado? ¿Qué me hace falta corregir? No puedo controlar las fisuras en mi rostro así como modifico mi perfil de wattpad.
¿Parezco un aspirante a escritor profesional? Luego de todo lo vivido y aprendido, ¿se me permite llamarme poeta a mi mismo? ¿Debería dudar o mantenerme firme en la postura que tengo respecto a mi propio contenido?
Me gusta la palabra “antipoesía” porque es anti algo que a su vez contiene. Anti-poesía. Poesía que no es poesía. Poesía que aspira ser poesía. Nunca poema, no me gusta la métrica ni la rima perfecta. Nunca poema, siempre poesía.
Pero, ¿y si no es poesía? ¿Y si mi percepción del mundo es tan limitada que por eso no encuentro palabra que me defina?
Capaz sí existe una palabra que contenga todos mis conceptos, capaz no la encuentro por pereza y conformismo. Me siento conforme con la noción transitoria de que escribo antipoesía. Es eso o solo estoy ciego, aspirando a caer en el idealismo cuando el mundo es materialista.
Parte uno: Entre muertes
II
Entonces, ¿cuál es mi objetivo? Tres años estudiando Mercadeo y sigo sin conocer cuál es la meta a largo plazo en mi camino. Una hoja en la corriente, así me percibo. Me dejo llevar porque siempre evado las preguntas. A veces no existen las preguntas, solo existo. Sin pensar, sin sentir, sin reflexionar. Abstrayéndome de una realidad que me arrebata mi estabilidad. Intento no caer y temo tropezar.
¿Hacia dónde voy? ¿Quién me guía?
A veces siento que solo son mis manos quienes me guían. Me ayudan a andar a tientas en el páramo nublado de mi mente. Me ayudan a no caer en las estrechas lagunas. Me ayudan a escribir. Me ayudan.
¿Qué pasará el día que me quede sin manos? ¿Qué pasará conmigo? ¿Cómo expresarme? ¿Cómo expresar la ira? ¿Sigue habiendo ira? Siento rencor e impotencia, ya casi no queda odio. Ya casi he superado el odio. ¿Es así como se debería sentir? ¿Estoy estable? ¿Superé la depresión? ¿Me superé a mí?
Estoy en duelo conmigo mismo, en ambos sentidos. Una parte corrosiva ha muerto. Una parte que existió y sé que me reclama por haberme convertido en eso que algún día la despreció. Soy quien desprecia a quien antes era, soy quien deprecia eso en lo que me he convertido. Siento desprecio conmigo; a mi lado, no me tolero. ¿Cómo lidiar conmigo?
Parte dos: Esqueletos
III
Ahorita hay calma. No siento ira, no siento felicidad. Hace días creí ser feliz, estaba estable. Pero me siento débil, mi cuerpo está más débil. Mi cuerpo ha evolucionado conmigo. No soy una mariposa, soy un fantasma, una calavera. Hoy más que nunca me siento un muerto viviente; un esqueleto sin carne, solo huesos sin cartílago. No he renacido, he trascendido a la muerte. Un viajero entre planos dimensionales, habitante del limbo.
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Autorretrato
Poesía"Soy la mejor musa que el mundo pudo haberme dado". Poemario que aborda la exploración del ego, la búsqueda de un "yo" que no quiere definirse y un "ello" que evade los límites de la moralidad, mostrándose en toda su faceta de pulsión desagradable q...