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El funeral fue más que triste, cuando se disparó al cielo Ophelia miró hacia el cielo con ojos llorosos mientras la bandera le era entregada.

—¡Disparen!—El sonido de las armas disparando eran como un interruptor en mi mente que me recordaba el momento exacto del disparó.

Vamos a comer pizzas.

Fue un partido atroz.

No esperó, todos sus planes juntos se fueron a la basura cuando murió, como un perro en la calle.

Ni siquiera dejaron que viera el cuerpo, no pudo despedirse del hombre que más amo en esta vida, era curioso como todo podia acabarse en cuestión de segundos, como toda la felicidad podía desaparecer.

¿Éramos tan vulnerables?

No solo habían matado a el capitán si no también una parte de Ophelia que ahora estaba llena de ira y dolor porqué el asesino fue la persona que menos esperaba.

La muerte es extraña, porque no sabes cuando vendrá por ti, no sabes como será pero sabes que en algún momento de tu vida pasará, no te preparas para morir porque no sabes en qué momento te irás, es impredecible.

Las próximas semanas no durmió, no atendió el teléfono solo investigo el caso hasta dar con un nombre, no llame a nadie solo quería estar sola para procesar todas estas emociones.

Se encontraba en el gimnasio golpeando el saco con enojo, era un lugar de 24 horas pero era la única a esa hora, lo único que podía escuchar era el sonido de los golpes.

Una y otra vez, sentía el sudor correr por su frente, en su mente se reproducían los acontecimientos de los últimos días, eso solo la invitaba a golpear con mas fuerzas el saco.

—¿Que haces aquí?—Cuestionó, sin apartar la vista de lo que estoy haciendo.

—No devolvías mis llamadas, estaba preocupado.

Bufé dándole un golpe fuerte al saco y el lo tomó para detenerme.

—¿Cuál es tu problema, Mike? Cuando estás molesto o necesitas espacio nadie te jode y es lo que yo necesito ahora.

—Ophelia...

—¿Que?

—Lo lamentó.

—Gracias pero un lamentó no va a revivir mágicamente a mi padre—Me detuve para quitarme los guantes y guardarlos en mi bolso.

—¿Ya sabes quien fue?

Tomé mi bolso para empezar a caminar hacía la salida pero se detuvo al escuchar al hombre.

—No, aún—Intento irse pero Mike hablo de nuevo.

—¿Si lo supieras me lo dirías,verdad?—Eso la hizo pensar en decirle pero no podía hacerlo.

—Claro.

Sin más se retiro del lugar para irse a su casa, lo que más quería era desaparecer, que todo fuera un sueño del que despertaría pero no fue así.

Las noches ahora eran amargas, no podía dormir sin tener pesadillas, sin ver a Armando disparándole a su padre y en algunas ocasiones a ella.

Mike la había llamado para que lo ayudará a buscar información junto con Marcus, él intentaba que no se deprimiera.

—Investigue las finanzas de Brooke, todas sus cuentas fantasmas tenían al mismo contador—Le entrego la carpeta a Marcus, Mike maneja hasta la casa del contador.

—Solo entraremos y hablaremos con el como gente civilizada—Marcus baja del auto observando como Mike abre la maleta—Espera, no necesitamos un lanza granadas.

Reflections | Armando AretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora