jeunes âmes

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01 de noviembre de 2022

Yoon Jeonghan .

     
  Hace frío, el otoño en su máximo esplendor y las alergias tambien están a flor de piel, los tonos tierra bañando el paisaje haciendo algo digno de fotografíar. Con la bufanda tapando su congelada nariz y su abrigo que le arropaba, caminaba hacia la entrada de su hogar oyendo el crujir de las hojas. Truffe, su gato, le recibió con cariño al restregarse en su pierna.

  Dejó las compras en la cocina y fué a ponerse ropa cómoda, una taza de té caliente le haría bien. Un lunes frío de otoño, la cafetería cerró temprano por reparaciones y su amigo Seungkwan estaba ocupado en su vida personal, sopló la taza humeante sintiéndose aburrido de todo, hasta de sí mismo.

— Truffe, ¿No has sentido un vacío de soledad inexplicable? O sientes que ya nada te sorprende, cómo que todo está bien pero nada está realmente bien y solo estás flotando en este cielo nublado que poco a poco te está tragando esa nube de tristeza, cuando tienes todo pero no tienes nada ¿No lo has sentido?

— Meow.

   Alzó la ceja indignado ¿Qué se suponía que se esperaba, una respuesta? ¿De una bola de pelos?

— ¡Agh! Por eso estoy soltero, hablándole a un gato. No puede ser — Se enrolló más en la manta de su sofá de dos piezas, volviéndose un rollito.

  Dejó la taza en la mesa junto a su florero, aquel que contenía aquella rosa, ya al borde de marchitarse. Recordó aquella noche dónde se embriagó hasta quedarse dormido en la bañera con Truffe en su regazo y se sintió tonto.

Los recuerdos lo segaron hasta que terminó la última botella, no es que tuviera muchas pero, beberse una botella y un poco más de vino junto con la mitad de una de whisky solo no cree que sea muy saludable.

— Olvidé comprar más. — Truffe maulló en su dirección. — ¿Tienes hambre, pequeño? Ven. — Colocó sus pantuflas de conejo y caminó hasta la cocina aún con la manta en sus hombros.

Mientras servía la comida de gato en el plato rosa pensaba en su situacion amorosa, la económica está mejor que nunca después de filtrarse rumores de que Kwon visitó su cafeteria y muchas fans fueron a pedir lo mismo que él, en cambio la amorosa era una decepción tras otra.

  Era cómo un cubo Rubik, mientras arreglaba un lado se destruye el otro o ambos. Quisiera encontrar el equilibrio pero después de ese evento empezó a dudar de las verdaderas intenciones de sus pretendientes.

  Ese evento llamado Choi SeungCheol.

Colocó el plato en el suelo y volteó a ver la rosa. ¿Era para él? ¿Joshua le había dado esa rosa de parte de SeungCheol aún sabiendo lo que pasó? No, él nunca haría eso.

Él era... Oh, él era un sueño. Amable, atento, coqueto, hermoso y huele a naranja. Sus abrazos son una cura al alma, sus besos...

JeongHan sacudió su mente, ahora se siente peor y tenía el pulso acelerado. Sabía que Hong sentía algo por él, por la miel de abeja, hasta se habían besado incontables veces sin ser nada.

¿Debería dar el primer paso? ¿Debería iniciar una nueva dirección a su vida? El tono de su celular se escuchó desde su abrigo, había olvidado sacarlo. Era un mensaje de nada más y nada menos que Hong Jisoo ¿Eso era una señal?

— "Fuí a la cafetería a verte"

— "llevaba unas flores tan hermosas como tú mirada pero veo que está cerrado"

— "¿Estas en casa, lindo?"

Lindo.

JeongHan se dejó caer otra vez en su sofá como un saco de papas, miró el techo y sonrió. Podría intentarlo y así hablar las cosas, pondría una nueva dirección en su vida y para mejor. Tomó su celular dispuesto a contestar.

— "Estoy solo, puedes venir"

[🍓]

Un día, principios de 2020.

Seúl, Corea del sur.

 

— Hannie, deja de beber tanto.

   Un noche acalorada en una discoteca cualquiera, había bebidas por doquier, el olor a intimidad y a hormonas inundaba el ambiente. Yoon JeongHan de 23 años estaba de fiesta junto a su amigo más leal, un introvertido Joshua con 22 años.

— Estamos aquí para divertirnos, déjate llevar shua. Oye ¿Sientes que alguien me ve?

— ¿Hablas de ese oso pardo de allá? Lleva toda la noche comiéndote mentalmente.

— ¿Qué?

  Volteó a ver, un chico no mayor de 23 miraba con hambre en dirección suya. Este haciendole una seña en saludo cuando voltearon a verle.

— Ay pero, si es un papi.

— Qué cosas dices, Yoon JeongHan — Cada día le sorprende más lo que puede llegar a ser su amigo — Tiene cara de que te va a llevar a la cama y después no te va ni a dar los buenos días.

— Pero será bajo mi permiso, la noche es jóven, diviértete. Si me disculpas, iré por la mejor noche de este horrible año.

  Tenía razón en algo, había sido un año horrible tal vez para muchos también y eso que apenas empezaba, no sé quedaría con los brazos cruzados. Tomó una cerveza de cualquier lugar,  dió un largo trago y se adentró en la multitud, bailaría cerca de ellos para disimular que va a vigilar lo que su loco amigo  aceptando el hecho de que su amigo lo cambió por una noche con un desconocido y tal vez, encontrar un acompañante propio.

[...]

  JeongHan despertó al día siguiente, solo, sintiendo un gran dolor en su espalda baja. Tomó un camisón del cajón a su derecha para cubrirse, se levantó y caminó a duras penas al baño.

— Te dije que no te daría ni los buenos días.

  El mayor saltó en su lugar, no sabía que Hong se encontraba en su casa y mucho menos que le prepararía su café de la mañana. Joshua dejó la taza de café caliente en la mesa de noche, a un lado de un papel con lo que parecía ser el número de aquel tipo, para voltear a ver a su amigo. Marcas, chupetones, mordidas causadas por alguien el cuál no conoce.

Un sentimiento de enojo y asco se instaló en su estómago, sin escuchar a JeongHan que le contaba su espléndido encuentro mientras se cepillaba los dientes.

— ¿Al menos no sientes arrepentimiento por acostarte con un cualquiera?

— No me arrepiento, Hong.

[...]

— Me arrepiento de todo, shua.

   El castaño jugaba con el pelo negro de su amado disfrutando del olor a canela de la casa de Yoon, asimilando todo lo que acababa de contarle. Hablaron del pasado, de cosas que hicieron sin pensar, de cosas que los hicieron sufrir, el cómo siempre estuvieron apoyándose mutuamente y el cómo ahora son adultos hechos y derechos.

  Son unas almas jóvenes que cometieron errores, errores que ya deben dejarlos donde están, en el pasado.


Gracias por leer.

Muse [soonhoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora