To Sweet

Capitulo 11

Te quiero...

"¿Cómo lo sabes?" Harry, sin necesidad de preguntar, se sentó al lado de Louis frente al estanque en el enorme patio, con el bebé Rustyn dormido plácidamente en sus brazos.

Louis no volteó para mirarlos, pero su voz suave reflejaba que ya no están tan enojado. "¿De dónde viene tu diferencia entre el presente y el futuro?"

"Para mí..." Harry lo miró con ojos llenos de amor, una mirada que Louis podía sentir a pesar de no verla. "Antes y después de ti." Acarició suavemente la cabecita de Rustyn. "¿Y para ti?"

Louis cerró los ojos por un momento, dejando que el viento acariciara su pelo. Los abrió de nuevo y sonrió, mirándolo con una calidez que derretía corazones. "Liberándome de ti y tú liberándote de mí. Son iguales."

"Estamos unidos," dijo Harry con una sonrisa que iluminó su rostro.

"Si pudiera ver todos los días para siempre, Hazz, recordaría este momento." Louis se humedeció los labios, y antes de que pudiera decir algo más, Harry lo besó suavemente, sellando su amor.

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Louis tomó el álbum de fotos de su familia y lo llevó hasta Harry, acomodándose en su regazo. Harry, instintivamente, lo abrazó.

Louis besó el lóbulo de su oreja. "¿Qué tienes ahí, amor?"

Louis sonrió acariciando el álbum. "El álbum de mi familia. ¿Quieres verlo? Papá me lo dio antes de que viniera a la oficina."

Harry asintió, dejando de lado lo que estaba haciendo para prestarle toda su atención a su pareja.

Louis abrió el álbum. La primera foto mostraba a Abigail y Louis de pequeños, sonriendo juntos. Harry sonrió al verla. "¿Cuándo fue eso?"

"Antes de que mamá muriera. Nos llevó a Disney y conocí a Goofy. Nunca fui tan feliz en mi vida," dijo Louis riendo.

Harry se humedeció los labios. "¿Extrañas mucho a tu mamá?"

Louis lo miró con ojos brillantes. "Sí, era increíble y hermoso. Daba los mejores abrazos del mundo." Buscó entre las páginas hasta encontrar una foto de su madre, William. "Aquí está."

El joven en la foto tenía unos treinta años, ojos azules y brillantes, rizos y una sonrisa torcida pero hermosa.

"Tienes sus ojos," comentó Harry, besando su mejilla.

Louis se sonrojó. "Papá siempre decía que lo primero que le gustó de mamá fueron sus ojos y luego su actitud ácida."

Harry rió. "Conozco a alguien similar."

Louis entrecerró los ojos. "Bobo." Luego pasó la página y sonrió al ver una foto de sus padres juntos.

"¿Cómo se conocieron tus padres?" preguntó Harry, curioso.

"Mamá jugaba al fútbol con dos niños en la calle. Papá salía de una cafetería y la pelota le dio en el rostro. En lugar de disculparse, mamá le gritó para que le devolviera la pelota." Louis rió. "Papá, en un acto de maldad, usó un lápiz para desinflar la pelota, pero dejó su número sobre el balón desinflado y se lo devolvió. Mamá le escribió días más tarde, pidiéndole un balón nuevo. Papá aceptó, pero le pidió una cita como condición... Un año más tarde, papá le pidió matrimonio con la misma pelota."

"Es una hermosa historia. ¿Aún existe el balón?" Harry apoyó la frente contra la espalda de Louis.

"Sí, papá dice que algún día se volverá a usar. No creo que vuelva a casarse, pero sé que lo guarda para algo especial."