To Sweet

Capitulo 18

"Hazz, amor." Louis pellizcó la nariz del hombre sobre el que estaba sentado, su prometido, Harry Styles.

Harry, a pesar de tener a su omega en su regazo, fingía que no existía.

"Estás actuando como un niño." Louis rió, y el sonido hizo vibrar todo el ser de Harry.

"Ya." Harry asintió, fingiendo estar aburrido, mientras leía los papeles en sus manos. "¿Por qué, si soy un niño, sigues en mi regazo?"

"Porque te amo." Louis besó su nariz. Harry torció los labios, conteniéndose a sí mismo. "Y porque no dejaré que ganes esta vez, ganas en el color de las flores."

"No me casaré si nuestros anillos no son zafiros." Harry volvió al tema de la pelea.

Ambos sabían que el tema de la 'pelea' era tonto, pero ambos eran tercos y ninguno cedería primero.

"Yo no me casaré si nuestros anillos no son esmeraldas." Louis volvió a contradecir.

"Entonces no nos casaremos." Harry resolvió.

Louis asintió.

Abigail, la hermana de Louis, quien había estado presenciando toda la pelea, rodó los ojos y miró al cielo. "Dios, dame paciencia, porque si me das fuerza, los mato."

Suspiró y dejó el sofá, furiosa y cansada, puso ambas manos en el escritorio de Harry, enjaulando a la pareja.

"Dejen de discutir por tonterías o los golpearé hasta que olviden por qué se aman. Soy una mujer ocupada, y mi hermanito se va a casar, estoy emocionada por eso, pero si no escogen un anillo en diez segundos, los mataré y les daré sus huesos a mis perros." Los ojos de Abigail brillaron, pero no con un brillo lindo, sino peligroso.

Louis solo había visto ese tipo de brillo en los ojos de Abigail cuando, por accidente, rompió su muñeca favorita cuando eran niños y ella le dio el peluche favorito de Louis a uno de sus perros como venganza.

"Larimar será." Harry pensó rápidamente.

Louis asintió, Abigail sonrió y ambos suspiraron aliviados. Ella no los mataría, al menos no aún.

...........

Si Harry es completamente sincero, nunca pensó en casarse, y menos a sus 40 años con alguien a quien le dobla la edad. Siempre había sido un hombre independiente, acostumbrado a la soledad y a la libertad que ésta le otorgaba. Su vida había transcurrido en un vaivén de relaciones pasajeras y compromisos ligeros, sin ataduras profundas.

Pero entonces conoció a Louis.

Louis era una brisa fresca en su vida, una ráfaga de juventud y vitalidad que iluminaba cada rincón de su existencia. Harry se convirtió en lo que nunca antes había sido por voluntad propia: alguien entregado por completo a otro ser humano. La decisión de amar a Louis no fue algo que simplemente sucediera; fue una elección consciente, un deseo profundo de ser mejor, de ser completo.

Cada vez que Harry despertaba y veía a Louis a su lado, sentía una mezcla de asombro y gratitud. A pesar de que Louis era joven, con un futuro brillante y lleno de promesas, había elegido estar con Harry. Ese acto de amor y devoción despertaba en Harry un ferviente deseo de darle a Louis todo lo que él pudiera necesitar, hasta lo imposible.

"Si Louis quiere flores de kadupul en nuestra boda, esas tendrá. No me importa si me quedo en la quiebra, Nigel, consíguelas."

Nigel, conociendo bien la terquedad de Harry, suspiró y se pasó una mano por el rostro. "Es más fácil esconder cuerpos que conseguir esas flores, pero te las conseguiré."