Capitulo 4: Desaparecidos

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Mi padre, el padre de Amadeo, Amadeo y yo seguíamos investigando sobre las inexplicables y constantes desapariciónes de pueblo y parte del equipo real.

Pensábamos hacer una gran búsqueda en todo el pueblo. Tanto Avalon como Ernest. Que eran los pueblos con más desapariciónes.

-Debemos elaborar una lista con la cantidad y nombre de los desaparecidos para tener claro nuestro propósito de la búsqueda.

Ordena el padre de Amadeo y todos en la sala asentimos y llevamos a cabo nuestra misión.

...

Estoy preparándome con el vestido suelto no tan ostentoso en caso de que tendría que correr o ayudar a alguien.

Espero que todo salga bien... Enserio estoy muy preocupada por todas esas personas desaparecidas... Mi mayor miedo es... Encontrarlos... Pero sin vida.

-¿Estás lista preciosa?.

Pregunta Amadeo antes de irnos a la misión.

- Si... Estoy un poco asustada.

El se acerca a mi, quedando justo frente a mi.

- Preciosa, no dejaré que nada te pase, siempre estaré contigo. Jamás te abandonaré.

Lo dice tomando mi menton y dándome y suave beso en la frente

....

Habíamos llegado a una de las cuevas más obscuras. Sospechamos que las víctimas estuvieran allí. En esa misma cueva fue donde me quedé la noche en la que me escapé y cuide de ese cachorro.

Pero debíamos separarnos en grupos, para buscar por todas partes.

- Padre. Amadeo y yo podemos investigar esa cueva.

Digo señalando la cueva tenebrosa.

-Ni en mil años te dejare entrar allí.

-Padre e entrenado toda mi vida para este tipo de situaciones. Me siento lista y preparada para esta situación si tan solo me deja...

-¡NO SE SABE QUE HAY EN ESA CUEVA!

Vocifera mi padre molesto

- Padre por favor. Es mi momento de hacer algo bueno para el pueblo. Nunca me dejas hacer nada por mi futuro pueblo. Te guste o no voy a entrar

Ordeno y mi padre asiente.

- Pero no irás sola. Irás con Amadeo y tres de mi mejores guardias.

Asiento. Amadeo, tres guardias y yo procedemos a entrar a la cueva.

Y hay que admitir que era muy muy oscura, agradezco haber traído tres litros de aceite y muchas cuerdas para las linternas.

...

Llevábamos horas caminando ya no podíamos ver la luz de la entrada a la cueva.

Dejamos marcado el camino de regreso para no perdernos con grandes piedras.

- Deberíamos volver, no hay nadie.

Sugiere un guardia.

- No me pienso ir hasta encontrar algo. Con gusto pueden irse.

Reclamo y seguimos nuestro camino.

Al menos hasta que vimos la cosa más espeluznante del mundo. Era una especie de focil gigante. Pero no era de dinosaurios.

Era de un lobo. Pero muy muy grande.

Lo reconozco porque conozco la anatomía de los lobos.

- ¿Que es eso?.

Preguntan todos al mismo tiempo.

-Es el focil de un lobo. Al parecer uno muy grande.

Escuchamos un ruido extraño proveniente de la profundidad de la cueva.

- ¿Que fue eso?

A todos se nos helo la sangre.

- No lo sé, pero hay que estar alerta.

Avanzamos con cautela, llegamos a una gran sala cavernosa. En el centro, sobre un pedestal de piedra, yacía un objeto que parecía desafiar la lógica:

Un orbe de cristal

Pulsando con una luz azulada que iluminaba la estancia con una claridad fantasmal.

Me acercó con recelo, fascinada por la belleza etérea del orbe.

- ¡Ten cuidado, no lo toques! ¡No sabemos que es!

Prevee Amadeo y yo desobedezco, ya que... Ese orbe me llamaba. Había algo en el que obligaba a tocar...

Al tocarlo, una oleada de energía recorrió mi cuerpo, llenandome de una sensación de paz y poder que nunca antes había experimentado. Amadeo, observándola con asombro, sintió una fuerza similar fluir a través de él.

Luego de eso, reviso mi mano ya que siento un dolor en mi mano.

Tenía una corta inmensa y de ella empezó a botar mucha sangre.

Lo más extraño es que el orbe la absorbió.

Luego de eso no podía creer lo que veia.

Los fociles de lo lobos que habíamos visto detalladamente.

Cobraron vida.

En otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora