Capitulo 5: Lobo

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Las criaturas reencarnaron.

Y como se veían en los fósiles.

Eran gigantes.

Luego de su proceso. Nos observaron gruñendo y se les balanceo a los guardias encima y a Amadeo.

Empiezan a luchar todos. Hasta que de la nada escucho una voz conocida pero esa persona no estaba cerca.

Era la voz de la instructora de modales, la srita. Liz.

— ¡Alto por favor! ¡Esto me duele! ¡AYUDA!

Emite la voz de esta.

—¡ALTO! detenganse puedo escuchar una voz provenientes de los lobos.

Informo.

— My lady, a perdido la cordura. Esas bestias van a matarnos.

—No, no lo harán, lo comprobaré.

Estos se detuvieron y yo me acerco al lobo que creí escuchar su voz.

Me acerco y lo toco.

Podía ver atrapada dentro del cuerpo del lobo a la srita. Liz.

Pero no de que se la haya comido.

Ella era el lobo. Solo que no quería hacer daño.

— Srita. Liz, ¿cómo puedo ayudarla a liberarla?

— Tu sangre puede librarnos de la maldición.

Informa esta y me quedo atónita.

— ¿Cómo es posible eso?

Expreso confundida y mirando a los demás lobos.

— La maldición de los licántropos fue sellada y creada por sangre de un doppelganger.

Expresa esta, ante su comentario entiendo cada vez menos.

¿Maldición?

¿Licántropo?

¿Doppelganger?

— Solo tienes que darnos tu sangre y seremos libres.

Suplica esta.

— ¿Quienes son los demás?

Pregunto curiosa y preocupada

— Los demás desaparecidos del pueblo.

Simplemente no lo podía creer.

Pero sin pensarlo le quito la espada a uno de los guardias y habro mi muñeca para ellos y la ofrezco.

— ¡¿ QUE ES LO QUE ESTÁS HACIENDO?!

— Mi sangre puede curarlos.

Todos beben de mi sangre y uno a uno mágicamente vuelven a transformarse en humanos.

Era sorprendente.

—¿Cómo terminaron aquí y transformados?

— Hace unas semanas nos sentimos atraídos por está cueva y cuando tocamos el orbe nuestros huesos empezaron a romperse y finalmente nos transformamos.

— ¿Y cual era el sentido de ser transformados?

Pregunta Amadeo interesado.

— Al parecer somos desendientes de los primeros lobos que existieron. Esto era algo que simplemente debía pasar.

—Y... No hay alguna manera de disolver la maldición.

— Si, gracias a ti sangre, cuando nos transformamos nuestros huesos no se partirán. Además los lobos son cuidadores de la naturaleza. Así que por tanto no queremos revertir la maldición.

— Está bien, lo entiendo. Pero si hubiera una manera cuál sería.

— Destruir el orbe.

— ¿Y como se destruiría, con algún hechizo, espada..?

— Con el sacrificio de un doppelganger, es decir... Tu.

Ante su aclaración hace que empieze a ver borroso y coordinar mis movimientos.

— También debemos protegerte. Porque con tu muerte despertarían seres malvados no creador por la naturaleza. Vampiros.

— ¿Vampiros? ¿Que son?

— Son escorias despiadadas que portan un aspecto de personas, cuando en realidad son unos chupasangre, sus colmillos les permite succionar hasta la última gota de sangre de la persona.

— ¿Y como es que escorias así fueron creadas?

Pregunto inquietada ante su comentario. De por sí que no entendía nada de los lobos ahora con los vampiros era menos entendible y más aterrador.

— Y rey ambicioso le pidió a 100 brujas su poder para transformar a su familia en seres inmortales. El rito consistía en tomar un cáliz y llenarlo de la sangre de toda su familia, las brujas hechizaron su sangre y luego la tomaron, pero antes de completar la transición debían hacer un sacrificio sacrificar a un miembro de su familia. Luego cada miembro debía morir y al despertar tomar sangre humana. Y esa es la historia de las escorias.

— ¿Y no hay alguna manera asesinarlos?

— Si, los vampiros originales con una estaca de roble blanco y los convertidos con una simple estaca de madera atravesando su corazón. Y una mordida de licántropo también los mataría.

— ¿Y en dónde se encuentran ahora?

— Esparcidos por todo el mundo, acabando cada vez más con reinos. Nuestro misión aparte de proteger la naturaleza, es matarlos.

Me tomo la cabeza y empiezo a caminar para entender todo lo que me acaban de explicar en menide 5 minutos.

— Tenemos que buscar la manera de salir.

Comenta Amadeo.

— Nosostros podemos llevarlos.

Comenta el lobo alfa negro. Era muy parecido y tal vez igual que el de mis sueños.

— ¿Va a venir con nosotros?

— Por supuesto, debemos cuidar nuestro bosque, pero escondidos, nadie debería saber de nosotros.

— Pero yo podría hablar con mi padre, seríamos grandes aliados.

— Srita. Darlington, es muy peligroso.

— No les pasará nada, cuando sepa que ustedes me salvaron y que son los desaparecidos, será hospitalario y agradecido.

— Está bien.

Estos se convierten en lobo y nos hacen una seña para subirnos sobre ellos.

...

Empezábamos a ver la luz del día luego de tanta oscuridad en esa cueva.

— Llegamos.

Dice el lobo alfa.

Frente a nosotros estaban los hombres de mi padre y mi padre apuntado sus armas hacia los lobos.

— ¡ALTO! Ellos salvaron nuestras vidas. El que se atreva a disparar su cabeza será cortada.

En otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora