Capitulo 8

17 2 0
                                    

Diana Kaistar.

— ¿Quién es ese chico?— Pregunta mi madre con una mano en su cien aclamando paciencia mientras yo trato de no lloriquear al ver su enojo y mirada decepcionante — ¿Sabes que mentiste cuando nunca lo habías hecho antes?.

   Mi barbilla tiembla y se que he mandado al caño toda la confianza que teníamos.

  — Lo siento mucho— Lloriqueo jugueteando con mis manos.

  — ¿Quién es?— insiste en preguntar...

  — Se llama Michael y es de los Ángeles. Lo conocí hace una semana en el parque y es un buen chico.

   Se escucha una carcajada cínica por parte de mi progenitora mientras el entrometido de Angelo está en mi salón observando la escena...

  — Claro...por eso me mentiste diciendo que saldrías con el que si es un buen chico para hacer quién sabe que cosas. ¿Es tu novio?.

   Abro los ojos en una mueca ...

  — ¡Nooo! Cómo se te ocurre ,lo conocí hace unos dias.. es un amigo.

   Mi madre observa mis ojos tratando de hallar la verdad en ellos y me duele mucho que ya no confíe en lo que digo con ojos cerrados.

  — Voy a creer en tí — Suelto un suspiro de alivio — Pero estás castigada y tienes prohibido acercarte a ese joven. Y me darás tu móvil.

   Mi corazón da un vuelco...no quiero dejar de verme con el.

  — ¡Pero si el no ha hecho nada malo! ¡Si lo conocieras verías que...

  — Es mi última palabra Diana Martina. Con el único que puedes tener contacto es con Angelo — Lo observo con cara de pocos amigos con los ojos llorosos de rabia — Y no lo mires así que lo único que ha hecho es cuidarte. Ve para tu habitación a estudiar que tienes los exámenes a la vuelta de la esquina para estar perdiendo el tiempo.

    Refunfuñando doy media vuelta corriendo por las escaleras que llevan a mí cuarto. Escucho los pasos del soplón que tengo como amigo y me apresuro en cerrarle la puerta en la cara.

  — ¡Didi vamos a hablar! ¡Lo hice por tu bien!

   Ruedo los ojos acurrucada en mi cama...

  — ¡Si y por mí bien tuviste que ir a contar todo! — Grito entre sollozos...

    Hoy fue la mejor noche de mi vida y creo que la última buena. Descubrí muchas cosas y resulta que ya no podré continuar haciéndolo. No le veo nada de malo divertirse un poco.

    ¡No soy un robot malditasea! ...

   — ¡Ni siquiera me avisaste que saldrías con el y que me usarías como excusa. Cuando tú mamá me llamó le dije la verdad sin querer! ¡No me culpes a mí ! ¡Si ibas a mentir usandome por lo menos me hubieras avisado!.

     Idiota ...

  — ¡Vete y déjame sola!...

  — ¡Diana...

  — ¡No!— Grito con la esperanza de que se vaya y al parecer finalmente lo hace.

   Aveces no soporto la terquedad de mi madre. Insiste en alejarme de todo chico que no sea Angelo, antes no quería verlo...pero ya no puedo seguir tapando el sol con un dedo. Es muy controladora y egoísta y toda la culpa es mía, porque siempre obedecí sus órdenes sin rechistar, ni siquiera he pensado en mí por hacerla feliz.

    Las horas pasan y casi se asoma el amanecer, no he podido dormir pensando en ese eufórico paseo en moto y en esos besos de impulso. Los rayos del sol comienzan a entrar por el cristal de mi ventana y me levanto de la cama para dirigirme a mi baño y ducharme. Estamos en otoño y cada vez hace más frío, así que como es sábado opto por colocarme un suéter con unos shorts de felpa cuando terminó de ducharme. Ato mi cabellera en un moño desordenado y busco mi laptop para comenzar a hacer mi investigación acerca del ADN para biología.

La virgen de Roma [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora