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12.

—¿Entonces qué vas a hacer en el parcial de mañana? —pregunta WooYoung mientras le da un sorbo a su café, luego lo devuelve nuevamente al escritorio para no hacer desastres en la cama.

—Tener fe, que más —responde Kang de lo más tranquilo.

Eran las siete de la noche cuando YeoSang se encontraba en su habitación junto a su mejor amigo. Hablando sobre cualquier rareza que se les llegara a la mente, hasta que tocaron ese tema.

Por más que YeoSang demostrara una clara serenidad para el día de mañana. Muy en el fondo tenía nervios, junto a una pizca de preocupación por sacar mala nota apenas en la primera evaluación de matemática.

—¿Pero entendiste algo de lo que va para la evaluación? —hace otra pregunta el menor de los dos.

—Si. Pero no me los sé todos —confiesa, para luego levantarse de su cama y tomar del escritorio su libreta —. Este es el contenido que va para la evaluación —indica luego de darle la libreta en sus manos.

Luego de eso, tomó su taza con café y le dio un pequeño sorbo, para después sentarse en su cama con las piernas cruzadas mientras el más joven leía el contenido que iba para la evaluación de YeoSang.

—No es mucho. Solo que el tiempo te puede jugar en contra cuando estés en la evaluación —hace una mueca de disgusto y le devuelve la libreta.

—Si, eso es lo que no quiero qué me pase —soltó un suspiro pesado mientras veía la libreta en sus manos.

Definitivamente, YeoSang el día de mañana necesitaría un milagro para, aunque sea pasar con la nota mínima.

—Ahora... ¿me vas a contar que pasó con...? —indaga el menor antes de que diga nombres.

Y en acto consecutivo, como si YeoSang ya supiera a qué se refería, sus mejillas obtuvieron un lindo color carmesí. Bajó un poco su cabeza para así "intentar" cubrir su pequeño sonrojo.

—Dime qué sí arreglaron su asunto —exclamó el menor rápido —. Dime qué lo que hice no fue en vano por favor —suelta mientras hace un ademán con sus manos de súplica.

YeoSang solo soltó una risa en voz baja por la actitud de su mejor amigo, para en acto seguido acercarse más a él y rodearlo lo mejor que podía con sus brazos para un dulce abrazo como muestra de agradecimiento a lo que su contrario le devolvió el gesto rodeándolo de la misma manera.

—Gracias Youngie... realmente gracias por haberme ayudado, aunque no te lo haya pedido —le dice el azabache mayor a su oído —. Nunca cambies, y nunca me cambies por otro mejor amigo por favor.

—No me cambies a mí por favor, sé que hay veces que soy patético. Pero siempre quiero lo mejor para ti Sangie —declara WooYoung, conmovido por las palabras de su mejor amigo.

—Nunca lo haré Woo —le dice sereno. Aunque rápidamente se alejó de él para verlo de frente —. Pero igual eres un imbécil de mierda —reprende mientras lo señala con su dedo índice.

—Lo sé. Aunque gracias por tus palabras —admitió Jung, con una sonrisa en sus labios.

—No hay de qué Woo —contesta con una sonrisa de igual forma, mientras vuelve a tomar su asiento al frente de él.

—Y... ¿todo terminó bien? —pregunta el menor para después estirarse lo más posible hasta llegar a la mesa del escritorio sin tener qué levantarse de la cama y tomar ambas tazas con café.

—Si. Acepté mis errores y ambos nos disculpamos por lo sucedido —comenta cuando recibe su taza con café.

—¡Hasta que por fin se perdonan! —exclama Jung, alegre por su mejor amigo —. Vez que no fue difícil.