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10.

—Pero, ¿te dijo que quería por fin? —preguntó WooYoung a través de la llamada.

—Si. Pero todavía tiene... indecisión sabes —responde Jeong con gracia —. Nos sale más factible crear una idea para que ellos dos hablen mágicamente, que sentarse a esperar que pase.

—Me siento a esperar y te lo aseguro, que me petrifico sentado y capaz todavía esos dos ni se han hablado —le dijo entre risas, aunque para el punto de vista del menor, era cierto —. Pero sí, sale mejor, lo único que tenemos es que pensar que hacer con esos dos.

—Buen punto, ¿tienes alguna idea?

—¿Idea, yo? Ni sé qué hacer con mi vida a veces y voy a tener una idea para esos dos animales —respondió rápido y sincero —. No sé la verdad, ¿ellos tienen clase esta semana?

—Creo yo que sí —YunHo se quedó en silencio por un rato, pensando que se podía hacer ante lo que pasaba.

—¿Sigues ahí? —pregunta el menor al no escuchar nada de sonido en la llamada.

—Sí, sí. Solo estoy pensando.

—Es que ya estoy harto de que Yeo no ponga de su parte. O sea, si quiere, pero no sabe cómo empezar. Necesita un empujón, y si se lo doy yo va a ser a lo malo sinceramente —explicó en un tono hastiado.

—Aguanta... ¿en qué sentido de "malo"? —pregunta YunHo curioso ante lo último mencionado por su amigo.

—Cómo... el empujón que da una madre o un padre a su hijo cuando está aprendiendo a andar en bici sin rueditas. En dónde te dicen: "yo no te voy a soltar", y ya es cuando vas por toda la calle sin ellos porque te soltaron hace rato —sí. Ese había sido el ejemplo de Jung WooYoung para explicar el "empujón a lo malo".

El más alto solo guardó silencio por unos segundos todavía sin creer que ese había sido el ejemplo, la verdad, si era de ese tipo, pues no lo veía mal. Le servía para que el menor actuara... de alguna manera porque ninguno tenía un plan o idea base de lo que podían hacer.

—Okay, tú ejemplo me encantó. Y si es así, no veo que tan malo sea... así que hagámoslo.

—Pero, ¿acaso tenemos idea de lo que vamos a hacer?

—No. Pero usemos el método universitario, según los profesores y los de semestres mayores. Pongámonos pilas ante cualquier movimiento de los dos —le dijo a Jung pensando plenamente positivo ante el "plan" que tenían.

—No sé qué tipo de plan es este. Pero me gusta.

—Perfecto. Si estamos activos en la jugada, haremos que mínimo, esos dos se caigan a golpes, pero hablarán, por las buenas o por las malas, pero lo harán. Tengo fé —dicho esto último una risa nasal se escuchó desde el otro lado de la línea —. Te hablo después, tengo que continuar con mi jornada laboral.

—Vale, está bien. Hablamos luego. —dicho esto, el menor colgó.

Luego de que anteriormente SeongHwa se fuera con su madre. Se dispuso a recoger las raquetas y las pelotas de tenis utilizadas por ambos para empezar nuevamente con su jornada laboral.

Era interesante como trabajaba, ya que, si el cliente deseaba una partida con él, podía agregarlo a su jornada como si nada, eso era lo bueno y entretenido de trabajar en la parte deportiva del club. Claramente SeongHwa como era un cliente fijo de todos los domingos, ya era como parte de su jornada; comenzar un rato el turno, cuando llegara el mayor darse unas partidas de tenis o de voleibol y cuando terminaran podía continuar con su labor, ya fuera atendiendo como árbitro en una partida u organizando el inventario deportivo del lugar.