Gracias

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LAUREN

Después de un mes y medio de pintura, nuevos muebles, pequeñas reparaciones, re decoraciones y un montón de cajas de cartón repartidas por cada rincón de nuestra nueva casa, por fin nos habíamos mudado definitivamente. La felicidad no me cabía en el pecho cuando logre mi cometido, Camila y yo viviendo bajo el mismo techo. Me volvía loca de solo pensar en que la tendría conmigo todos los días, durmiendo en la misma cama. Sería lo primero que vería al despertar y lo último que vería al dormir. La idea era jodidamente hermosa, y la realidad fue aún mejor.

Al principio nos tomó algo de trabajo adaptarnos, pero lo resolvimos sin problemas.

-Es oficial.- Anuncié entrando en la sala con una caja de cartón vacía en mis manos.

Camila dejó de prestarle atención al libro que tenía entre manos y me miró alzando una ceja.

-¿Qué es oficial?

-La mudanza.- Dije como si fuera obvio- Acabo de desempacar la última caja.

Agité el objeto en el aire como si se tratara de un trofeo que acababa de ganar.

-Llevamos viviendo aquí casi cuatro meses.- Dijo cómo si yo no lo supiera.

-Creí que está caja estaba volviéndote loca.- Repetí sus propias palabras.

Había olvidado la cantidad de veces en que Camila había tropezado con aquella caja cuyo contenido desconocíamos. Por alguna razón nadie se había animado a descubrir que había en su interior. Yo terminé haciéndolo. Eran un montón de cosas que no tenían relación alguna entre sí y que terminé guardando en un gabinete del garaje.

-Gracias.- Respondió alzándome un beso y regresando a su lectura.

Fruncí el ceño con reproche frente a su falta de entusiasmo. Estaba por protestar cuando noté que Charlotte estaba de pie junto a la ventana y no dejaba de mirar a través de las cortinas.

-Psss.- Dije llamando la atención de Camila y señalemos a mi hija con un movimiento de cabeza.

-Está esperando a Gavin.

Gavin. Escuchar ese nombre no me agradaba para nada. Gavin Pritchett era el chico que estaba saliendo con mi dulce e inocente hija. Se conocieron en la fiesta a la que Charlotte fue hace meses atrás luego de que Camila me convenciera de que era una buena idea permitir que asistiera. Claramente estuvo lejos de ser una buena idea. Desde entonces aquel hormonal mocoso no se había apartado de Charlotte ni ella de él.

-Sí...- Murmuré dejando la caja a un lado y cruzándome de brazos- ¿Quién es este...Gavin?

Charlotte dejó de mirar por la ventana y desvió sus ojos hacia mí rodándolos frente a mi pregunta. Me gustaba fingir que no había escuchado jamás del tal Gavin cada vez que su nombre surgía en alguna de nuestras conversaciones.

-Es un amigo.- Respondió brevemente antes de volver a espiar a través del cristal.

-¿Y por eso estás pegada a la ventana como un mosquito esperando a que aparezca? .- Pregunté ganándome una rápida mirada por parte de Camila- No me veas así.

-Lauren, no hagas una escena.

-No estoy haciendo nada. Solo quiero saber quién es el mocoso que está saliendo con mi hija.- Dije a la defensiva.

-¡Está aquí!

El rostro de Charlotte se iluminó con una enorme sonrisa mientras se apartaba rápidamente de la ventana dispuesta a correr a la puerta principal. Le impedí el paso interponiéndome en su camino. Frunció el ceño viéndome sin entender.

It's Always Been You (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora