Unas hermosas alas blancas se extienden por el cielo, son tan maravillosas y elegantes, fuertes también. Unos cabellos rojos van contra el viento, mesiendose de un lado a otro. Sus ojos azules observan todo el paisaje verde con curiosidad y admiración, la naturaleza de ese mundo realmente captó su atención. Su piel blanca combina con su túnica del mismo color de las nubes, haciendo como si fuera parte de ellas.
El joven está maravillado con tal escenario, todo es tan verde y los árboles tan grandes.— "...Vaya, esto es realmente asombroso." — una pequeña sonrisa se formó en sus delgados labios rosas.
El descendió un poco para estar cada vez más cerca. Tanto que termino aterrizando cerca de un lago. El joven pelirrojo se sintió emocionado cuando miro las cristalinas aguas, con entusiasmo al cien camino hacía el lago. Esto a solo un paso, le dió un poco de miedo pero cuando metió sus pies en esas aguas sonrió y empezó a dar pequeños saltos de alegría, haciendo que el agua salpique alrededor.
Se inclino un poco tomando un poco de agua en sus manos y lo hecho en las plumas de sus alas, haciendo que tiemblen un poco por el repentino acto. Pero eso no lo detuvo, el joven dejo escapar pequeñas risitas al ver esa reacción. Todo esto es tan nuevo para él.
Esta tan concentrado en su alegría que no nota los sonidos de las pisadas. Ni la mirada de depredador en los ojos del desconocido. Sus oídos captaron un pequeño click, en ese momento el angel se dió la vuelta y resbaló, haciendo que la flecha le diera a uno de las piedad del lugar.
— "P-por favor...no me lastimes." — pidió con la voz temblorosa el angel, tratando de esconder sus alas detrás de él.
El hombre miró con atención a la criatura — "Serás bienvenido en mi colección de animales, rata con alas." — dijo el hombre levantado la ballesta y colocando una flecha.
Se quedó paralizado del miedo al ver a un humano con el rostro cubierto y una ballesta en sus manos. Apuntando hacia él. El pelirrojo se desespero y agarro una de las piedras que están bajo el agua y la arrojo contra el humano. Sus alas se abrieron y dió un gran salto hacia el cielo para empezar a volar y poder huir.
Mientras seguía volando con completo miedo y yendo a bastante velocidad. Se detuvo unos momentos para mirar hacia atrás. Suspiro aliviado, cuando en esos instantes una flecha atravesó su ala derecha. El angel no pudo soportar su propio peso y cayó de una gran altura directo al piso, entre los árboles.
Él abrió los ojos, algo desorientado. Miro alrededor, levanto sus alas pero en ese momento sintió un dolor horrible. Con miedo se giro un poco para mirar su ala derecha, su rostro se puso pálido al ver su blanca ala ahora llena de un liquido rojo y una flecha aún dentro de eso...Lo peor, es que su ala está debajo del tronco de la rama de un árbol, que al parecer cayó con él. Trato de sacar su ala pero solo logro arrancarse algunas plumas. El dolor es demasiado. Y más cuando noto que su ala empezó a sangrar nuevamente.
Un fuerte grito de dolor salió de él, dolor, sufrimiento y arrepentimiento. Sus hermosos ojos azules solo demostraban sus lágrimas que empezaron a caer por sus mejillas. Fue como si hubieran desgarrado su alma.
Los sonidos de unos pasos se escucharon, el angel solo pudo temblar de miedo. Cuando levanto la vista, vio a un joven alto, de cabello negro y con un ojo vendado que lo mira con atención, su ropa es más grande que él, lo cual hace que le quede holgada.
— "¿Necesitas ayuda?" — se escucho la suave voz del joven desconocido.
Los ojos azules del angel miraron el ojo marrón del joven, el miedo es notable en su inocente mirada. — "¿No me harás daño...verdad?"
— "No veo la razón para hacerlo." — la calma fue notoria en su voz. Se acercó a las alas del joven, agarro la rama que está encima de su ala derecha y la saco de un solo movimiento. — "Me llamo Dazai Osamu. Ahora que te dije mi nombre, puedes confíar en mi."
La mirada inocente en los ojos azulados del ángel miraron las manos del chico y después su ala lastimada. — "...Me llamo Chuuya." — el acaricio su ala, y miro la flecha que sigue ahí.
Dazai noto eso y tomo la mano del angel para ayudarlo a ponerse de pie. — "Vamos a mi cabaña, está cerca. Ahí tengo lo necesario para ayudarte a sacar esa flecha." — Chuuya inocentemente solo asintió y siguió al joven, aún agarrando su mano.
Todo fue silencio en el bosque. Aunque se escucharon pequeños quejidos no tan lejanos. Chuuya sintió miedo en ese momento, parecían lamentos de dolor. — "Dazai ¿Qué es ese sonido?" — el agarre de la mano de Chuuya se apretó un poco en la de Dazai.
El pelinegro dijo con simpleza — "Debe de ser uno de esos animales que están siendo cazados. Por si no lo sabes. Está es un área de caza, Chuuya."
— "¿Y no sientes tristeza por eso animales?" — la pequeña tristeza en la voz del pelirrojo se hizo notar a los oidos del chico vendado.
Dazai solo lo miro y siguió caminando — "Solo un poco."
Después de eso, la conversación termino ahí. Ninguno de los dos hablo, pero el más alto, por el rabillo del ojo miro de pies a cabeza al ángel.
Los jadeos del animal cada vez se hacían más bajos cuando ellos se alejaron. En ese instante, a lo lejos, un cuerpo cayó de las ramas del árbol, tiene el rostro cubierto y una flecha atravesando su pecho.