³

35 4 1
                                    

Cinco días más pasaron, el cuarteto que una vez se reunió en el pasillo ahora estaban en casa del rubio para discutir sobre esta situación, pues llegó a niveles preocupantes donde el pelirrojo se retiraba en medio de las clases, se iba temprano e incluso era el último en llegar y el primero en salir, y simplemente un día viernes se rindió y no llegó, preocupando a su círculo más cercano, incluyendo a Urata que se angustiaba más aún por este tema.

— Shima, ¿Akira no te ha dicho nada al respecto? —preguntó el castaño que revisaba redes y grupos por si encontraba una pista de quién se trataba.

— No quiere hablar del tema, tampoco quiere saber nada de tí, Wataru-kun —esto hizo suspirar al nombrado que lo llevó a recostarse en la mesa baja de la habitación del rubio que había vuelto con té.

— Senra descubrió algo —dijo Soraru que llegó tras del dueño de casa y ayudaba a posar cuatro botellas frías sobre la mesa— Urata, ¿Recuerdas esa persona que rechazaste hace un tiempo? 

— Ah… la chica que me pidió salir con ella, sí, ¿Qué tiene que ver ese tema en todo esto? —preguntó desconcertado.

El azabache le dedicó una mirada a Senra que se sentó a un lado de su pareja— Estuve hablando un poco con Araki-san, dijo que esta persona tenía un cuaderno lleno de apuntes bastante… retorcidos.

— ¿Qué quieres decir?

— Como parte del comité de disciplina, le informaron que ya hace un tiempo estuvo tomando fotos a escondidas de Akira-kun, el tema salió a flote cuando le dije que muchos sospechaban que habías sido tú… hoy hace un momento Araki-san me envió un mensaje diciendo que ese comportamiento no lo vió solo él, sino que muchas personas, pero lo pasaron por alto al pensar que era una fan más de Akira-kun, pero realmente…

— Buscaba sabotearlo… —completó la frase el pelimorado a su lado— ¿Llegaste a esta conclusión tú solo? 

— Soraru me ayudó un poco, pero sí, supongo…

— Ese es mi chico —Shima no se resistió a besarlo rápidamente mientras Soraru y Urata se miraban hastiados.

— Por favor si van a besarse no lo hagan frente a mí —reprochó el azabache con molestia.

— Mafumafu no para de hablar de tí, es mi venganza, me tiene saturado de escuchar tu nombre, está peor que Sakata maldiciendo a Wataru-kun en sus peores días —sonrió desafiante el mejor amigo del pelirrojo, Soraru sólo rodó su mirada para continuar en lo que era importante.

— Volvamos a lo principal, ¿Qué hacemos si es ella? O mejor dicho, ¿Qué haremos para confirmar que es ella? —después de lo dicho por el de ojos zafiro, hubo un largo silencio hasta que Senra retomó la palabra.

— Urata debe hablar con ella, es su fan después de todo, ¿No? 

— ¿Haah? ¿Por qué tengo que hablar con una persona tan repugnante?

— Porque eres el único al que va aceptar ver si la llamas a un lugar desolado sin pretexto —argumentó el más alto de los cuatro, llevando su mirada cansada a su celular— Y tendrás que dejar tu estúpido orgullo de lado para pedirle disculpas a Akira.

— ¡Ni en sueños! Tuve suficiente con defenderlo por una semana y media.

Soraru ignoró ese comentario, de alguna forma iba a terminar por ceder, pues sabía que la culpa en el chico crecía más y más a menudo de que el pelirrojo se presentaba menos.

— En fin, ¿Qué se supone que le dirá Urata a esa chica? —preguntó Senra, viendo una mueca formarse en el rostro de Urata al recordarle que tenía que hablar con esa tipa.

Shougai Rival || UraSakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora