Shougai Rival || UraSaka

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Los jóvenes al bajar las escaleras, pudieron percibir el aroma de la comida que emanaba la sala principal, al llegar frente a la mesa, los ojos de ambos se abrieron con sorpresa al divisar una gran cantidad de platos, sin poder decidir cuál se veía mejor que el otro. Sakata por su parte no pudo creer que su simple visita podría provocar este evento tan inusual, y al mismo tiempo, un "click" hizo en su mente al saber porqué el castaño cocinaba tan bien.

— Mamá, creo que exageraste un poco —comentó Urata con una sonrisa amable mientras tomaba asiento e invitaba al pelirrojo a sentarse a su lado.

— Dijiste que a Sacchan le gustaba mucho la comida del mar, así que preparé muchas cosas para saciar tus gustos y los de él —revolvió el pelo de su hijo bajo la mirada curiosa rubí del menor. A los pocos segundos, se escuchó como la puerta principal era abierta, dando a entender que el adulto restante había llegado, llamando la atención de los tres restantes— ¡Ah, querido, ya estás aquí!

Frente a los ojos de Sakata, un adulto de mirada esmeralda opaca y filosa bajo unos lentes se hizo notar, no era tan alto como esperaba, pero sin duda lo era más que su pareja, su semblante era muy parecido a este último que incluso llegó a asustarlo, pero una vez se formó una sonrisa en el rostro del mayor, aquel sentimiento de miedo se esfumó— ¡Estoy en casa!... ¿Hmm? Este es Sakata-kun, ¿Me equivoco?

El nombrado repitió la misma acción que había hecho con la madre del castaño mientras saludaba— ¡E-es un gusto conocerlo, Wataru-san!

Una risa se escuchó de parte del hombre— Vamos, no seas tan formal, hijo... el placer es mío al conocer a alguien que soporta a Urata tanto como sus amigos.

— ¡Papá! —reclamó el castaño con molestia, pues reconocía su personalidad insoportable, pero esto era culpa de su propio progenitor que fue mucho peor que él en sus tiempos. Sakata no pudo evitar reír ante el comentario del adulto, realmente los padres de su novio parecían personas agradables, pues en un inicio pensaba que tenía personalidades igual de retorcidas como él, pero supuso que había juzgado demasiado rápido.

— ¿Qué? ¿Acaso crees que a todas tus pretendientes les seguirás gustando si se enteran de como realmente eres? —comentó divertido el mayor mientras se cruzaba de brazos.

— Ah, de hecho todos en la escuela sabemos cómo realmente es Urata —acotó el pelirrojo sonriendo con inocencia mientras se llevaba una mirada de pocos amigos de parte del oji-esmeralda.

— ¿Eeh? ¿Y aún así te gusta? —preguntó con ironía.

— ... S-sí —afirmó Sakata apenado mientras bajaba su mirada a la mesa.

— Papá, lo estás asustando, deja de preguntarle cosas vergonzosas a Sakata y ven a comer —recriminó Urata con molestia fingida, pues realmente estaba feliz de que su novio admitiera que aún con sus enormes errores, estuviera atraído hacia él.

La convivencia entre la familia de Urata y el pelirrojo comenzó, siendo una noche agradable con un ambiente ligero que mantenía un buen humor entre los cuatro. Sakata continuamente halagaba la comida de la adulta con frases tan simples como "¡Está muy bueno!" o "Sabe muy bien...", siendo una imagen adorable para el castaño que estaba a su lado. Pero a pesar de ser un momento tan despreocupante para el pelirrojo, no iba a escapar de las garras del interrogatorio que se formaba en la cabeza del padre de su novio.

— Dime, Sakata-kun, ¿Hace cuánto conoces a mi hijo? —preguntó el adulto inclinándose un poco en la mesa.

— Uhm... creo que noté su presencia cuando quedó en el primer puesto de calificaciones en primer año, yo estaba en segundo lugar así que me frustró un poco —respondió ante la duda.