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— Aquí está... —el pelimorado le tendió a Sakata lo que le prometió esa vez que se encontraron, mientras el pelirrojo observaba el contenido con cierta angustia y asco.

— Gracias Maashi... —el afectado guardó la carpeta y el drive en la mochila mientras evitaba la mirada del más bajo, a los segundos un silencio incómodo se formó en el ambiente, por lo que Shima intentó retomar una conversación.

— ¿Cómo te fue con Wataru ese día? —preguntó, apoyando su mano en la nuca, pues su mejor amigo no se había molestado con él de esa forma nunca— Digo... te fuiste molesto, entonces creí que... había arruinado tu cita o lo que sea que hayan tenido.

— Realmente más que una cita fue para tener un momento sin escondernos, ya sabes... —su mirada rubí fue a parar a la presencia de Shima que parecía querer decir algo— Hicimos galletas.

— ¿Qué clase de cita es esa? —preguntó con algo de diversión mientras devolvía la mirada.

— Una que probablemente no tendrías con Senra —respondió con una sonrisa formándose en su rostro— Ya que mi novio sí sabe cocinar.

— ¿Buscas una pelea?

— Ya la tuve contigo este fin de semana —al cabo de unos segundos que se miraron entre sí, comenzaron a reír— Aún estoy molesto contigo, pero si lo sigo estando, me entristece.

— Yo te debo una disculpa, de hecho... no quiero que salgas lastimado Sakata, en especial si se trata de él.

— Ya te dije que no eres mi niñero Maashi, pero si algo ocurre, cuento contigo para escucharme llorar —dió golpecitos en la espalda del chico— Lo mismo aplica para tí.

— Por favor, Senra está lejos de compararse con Wataru —observó al menor con aires de superioridad.

— ¿Insinuas que Urata no es igual de bueno que él?

— Probablemente.

— Me debes otra disculpa entonces —el pelirrojo se cruzó de brazos— Te recuerdo que ya no eres el único que va a hostigar a los demás con sus cursilerías.

— Sí, sí, disculpa, oh gran señor Sakata —revolvió el cabello del contrario con algo de brusquedad. Adoraba a su mejor amigo por esto, cada que discutían siempre había una forma de reconciliarse aunque el asunto esta vez fuera muy distinto, pero qué iba a hacer, no podía arrebatarle esa felicidad al pelirrojo que él mismo eligió, aunque eso no quitaba la desconfianza que le dirigía al castaño, al menos estaba seguro de que no le iba a ser infiel— ¿Y bien? ¿Le vas a decir a alguien?

— No sé si pueda... no pensaba en decírtelo por un largo tiempo pero me atrapaste más rápido de lo que esperaba —admitió con vergüenza al recordar que lo primero que presenció fue un beso con el castaño— Además, Urata es demasiado orgulloso y yo también.

— Vamos, no seas idiota, no vas a ocultar el hecho de que sonríes como tonto cada vez que te llega un mensaje de él.

— ¿C-cómo lo-?

— Soy idiota, no estúpido —interrumpió— ¿Sabes lo mucho que me está hostigando Senra para tener una cita doble? Supuestamente dijo que muy pronto tendrías alguien a quien llevar pero de todos, él era quien menos esperaba y más tenía miedo —tocó tres veces la frente del pelirrojo, provocando que retroceda un poco.

— Voy a preguntarle... pero realmente quiero que al menos nuestros amigos sepan y poder hacer más cosas en público, ese día me tomó de la mano, ah~ —una sonrisa boba apareció en el pelirrojo mientras el contrario lo miraba mal.

Shougai Rival || UraSakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora