¹⁸

13 2 0
                                    


⚠️|En la primera parte de este capitulo, se mencionan autolesiones. Si eres sensible a este contenido por favor avanza hasta el salto temporal indicado con una estrella, muchas gracias|⚠️













Días habían pasado ya desde aquel hermoso momento en casa del castaño, seguía realmente feliz por ello, haber podido vivir un momento tan agradable; pero mientras recordaba todo lo bueno que había vivido hasta ese instante, lágrimas caían por sus mejillas mientras miraba con asco a su reflejo en el espejo, cada hebra de cabello que podía ver le parecía desagradable, sólo quería dejar de ver aquello que tanto detestaba, quería dejar de pensar en ello, quería que dejara de existir, ¿Quién se lo iba a impedir? Sus padres nuevamente habían salido de viaje sin él, dejándolo a solas con los pensamiento que ellos mismos metieron en su cabeza. Acercó su mano a aquel objeto filoso con el que planeaba poner fin a todo de una vez, estaba temblando, y aunque tenía todas las intenciones de hacerlo, seguía teniendo miedo de dejarlo todo atrás, por lo que su mano se desvió a sujetarse del borde del lavabo, agachando la cabeza mientras apretaba los ojos, sorbiendo su nariz, replanteándose sus decisiones una vez más— ¡Aaagh! Sólo hazlo de una vez... —se dijo a sí mismo, saliendo del baño un momento para poder aclarar su mente, dió vueltas por toda la casa, viendo en su cuarto su teléfono, lo tomó un momento para ver la hora, sintiendo su corazón partirse otra vez cuando vió su fondo de pantalla, Urata... ¿Qué pensaría Urata de él si lo viera en un estado tan patético?— Tal vez... debería despedirme de él... —pensó en voz alta, haciendo una última llamada, pero cuando contestaron, se dió cuenta de que no había llamado a su amado— ¿Shima...? Oh, l-lo siento, te llamé por accidente —se disculpó con su voz temblorosa, aunque oír la voz de su mejor amigo le daba cierta calma, pero exactamente porque se trataba de Shima, este pudo notar algo raro en la voz del pelirrojo— N-no, estoy bien... Maashi, yo- gracias por todo lo que has hecho por mí, no podría pedir un mejor amigo que tú... —ante esto, el pelimorado no dudo en decirle que no dijera nada más— De verdad creí que podía... qu-que con ustedes a mi lado todo estaría bien, pero- no puedo... gracias por no dejarme nunca... e-eres el mejor... realmente el mejor- —le dijo entre lágrimas, Shima al otro lado de la línea le decía, pedía que no hiciera nada, que no se moviera y lo esperara ahí, y que ya iba en camino— Dile a Urata que me hizo la persona más feliz del mundo... y-y que nunca voy a dejar de amarlo... gracias por todo a todos... Maashi, te espero del otro lado... —tras decir eso, colgó la llamada y soltó el teléfono, caminando nuevamente en dirección al baño. Se sentía adormilado, ya no tenía más que decir, lo había dicho todo, su mente estaba vacía y volvió a verse al espejo con el mismo repudio de siempre, alcanzando el cúter que sería su arma criminal; la guió hasta la piel de su antebrazo y deslizó el filoso metal por esta, vió el primer corte del que brotaba el cálido líquido carmín, el siguiente por alguna razón no dolió, por lo que continuó haciendo cortes en diversas direcciones, realmente no le importaba, su otro antebrazo no salió ileso, lo dejó igual o más lastimado que el contrario. Pasaron los minutos y la profundidad que le había dado a los cortes le estaba quitando la vitalidad un poco más rápido, su vista se había hecho borrosa y podía oír sus propios latidos, su mente perdía lucidéz de a poco, muy de a poco, pero pudo oír ligeramente los pasos de alguien que corría subiendo las escaleras.

— ¡SAKATA! —el pelimorado le quitó lo más rápido que pudo el cúter de la mano, lanzándolo lejos, Sakata se veía confundido, perdido, mientras que Shima estaba preocupado y desesperado— ¡Suelta eso! ¡¿Por qué hiciste esto?! ¡Sakata, reacciona!

— ¿Maashi...? ¿Qué estás-?

— ¡¿Cómo que qué hago aquí?! ¡Evitando que mueras! ¡¿Creíste que iba a dejarte hacerlo?! —Shima miró las muñecas ajenas, ambos estaban temblando, uno débil, el otro de miedo, miedo de perder a su mejor amigo, lo abrazó fuertemente, frenando cada movimiento que Sakata pudiera hacer, pero también, quería sentirlo cerca, no quería que este se alejara, no podía dejarlo.

Shougai Rival || UraSakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora