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La noche abrazaba la prefectura de Osaka con un aire frío y una luna radiante, hoy era aquel esperado día para muchos estudiantes del establecimiento. Todos se admiraban mutuamente entre halagos, risas, comentarios cálidos y miradas que simplemente decían todo lo que uno deseaba.

Siendo aproximadamente las ocho de la noche, un enorme salón repleto de adornos de cristales, decoraciones blancas y una luz azul tenue que era más que suficiente para admirar a cada estudiante que cruzaba la entrada, y claro que el que más se robó algunas fue Akira Sakata que portaba un traje negro y rojo un tanto ajustado, acompañado de accesorios dorados y un par de guantes de tela que lo hacía lucir mucho más maduro y miles de veces más atractivo para los ojos de varias.

Al lado del pelirrojo, estaba su mejor amigo junto a su novio que estuvieron de acuerdo en ir a juego, algo muy cursi de su parte, pero tierno para Sakata.

El evento comenzó, los rubíes del chico buscaban a su castaño por todo el lugar, pues iba a ser un problema si pasaba por su casa. Lo único que deseaba era verlo, pues no le comentó siquiera qué tipo de traje había comprado para la ocasión, el único detalle del que tenía conocimiento fue que Soraru lo ayudó tal como había sugerido, por lo que eso le daba más curiosidad.

— ¡Sakata, ya llegaste! —saludó Shima, dándole una fuerte palmada en la espalda, sacándole el aire.

— ¡Maashi! Te ves bien, ¿Cómo está Senra?

— Deslumbrante, obviamente, pero si buscas a tu novio, está por allá —apuntó con su mano, Sakata rápidamente desvió su mirada hacia donde su amigo apuntaba, viendo a su novio en un traje blanco precioso, que hacía deslumbrar sus bellos ojos verdes, sintió su corazón detenerse un momento, sus mejillas hervir y una sonrisa boba y enamorada dibujarse en sus labios— ¿Sakata? ¿Sigues vivo?

— No- —negó, dando media vuelta para dirigirse al baño mientras se cubría la boca para que no vieran toda la emoción que le había causado verlo, Shima claramente lo siguió para ver que Sakata no muriera, pero parecía ser muy tarde, cuando entró al baño, lo vió caminando en círculos.

— ¿Saka-?

— ¡¿LO VISTE?!

— ¿A quién-?

— ¡A Urata! ¡¿A quién más?!

— Ah, sí —ante esto, Sakata se llevó las manos a las mejillas que ardían en rojo, casi cercano al de su cabello que había vuelto a teñir mientras Shima lo observaba con aburrimiento— Sakata, vas a hacer competencia con las frutillas si sigues así.

— Quiero que me bese... quiero besarlo... — susurraba el pelirrojo que tenía su mirada perdida en el espejo en frente suyo— ¿Qu-qué hago? ¡Se ve tan atractivo, Maashi! —comenzó a negar con su cabeza mientras sus manos seguían en sus mejillas ardientes por la impresión— ¿Ese es mi novio?... ¿De verdad estoy saliendo con él?... ¡MAASHI, ESE ES MI-!

El pelimorado le cubrió la boca de inmediato al menor que parecía estar a punto de sufrir un infarto— No grites, ya te oí, ¿Vas a dejarlo esperando ahí? Se lo van a comer con la mirada si lo dejas solo, además mientras más tiempo pases con él, mejor para tí ¿Verdad? —le dió unos pequeños golpes con su codo al costado de su amigo.

— ¿E-eh? Claro... ¡Aagh, Maashi! ¡Quiero besarlo! —cubrió su rostro por completo mientras su mejor amigo lo hacía caminar a empujones por su espalda.

— Sí, sí, bésalo todo lo que quieras cuando termine el baile —comentó irritado mientras lo hacía salir del baño hasta volver una vez más al elegante salón que ya podía verse más lleno al haber pasado unos minutos. Urata se había movido del lugar anterior y se encontraba ahora más cerca de una esquina— Anda con él, ¿Quieres? Incluso puedo apostar que está ansioso por verte.

Shougai Rival || UraSakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora