El espectáculo

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No dejes que tus sueños sean solo sueños, haz que se hagan realidad

Dolly Parton

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—Señor Sainz, a que debemos este gusto de verlo de nuevo por aquí.                                                         —El señor Sainz es mi padre, quiero un boleto.

La primera vez que entre a un teatro fue cuando tenia 16 años, a Ana le gustaba bailar y nos tocaba venir a verla en este teatro.

—Carlos nos regalas unas fotos—me detienen 2 señoritas, y asiento me tomo un par de fotos y la gente comienza a acercarse, —No puedo tengo que andar— digo y los dejo atrás entrando al teatro, —Su palco esta listo—dice la mujer de los boletos, subo las escaleras y entro, adentro un completo silencio, el telón esta cerrado en el escenario.

Las luces van apagándose,  y me acomodo para verla, el telón se abre y la música se alza, las luces enfocan una silueta en el escenario, todo está perfectamente sincronizado y uno tiene una conexión con su cuerpo y el sonido, apreciar la gracia y elegancia que emana de cada movimiento. Los pies mueven con una precisión y una ligera y delicada fuerza, como si fueran capaces de flotar por encima del escenario.

Sus brazos se mueven en una coreografía con ritmo perfecto, y su vestido flota alrededor como si fuera una extensión de su ser, ella lo hacia maravilloso, termino la música y la ovación entera la sumergió en aplausos.

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Sali del escenario con el cuerpo agotado ya que cerré el festival, había bailado mucho, en mi mente aun oía la música, salimos a dar el saludo final, y el telón se cerro, fuimos atrás de vestuarios y comencé a acomodar todo en mi gran maleta de vestuarios y maquillaje, afuera se oía como la gente se retiraba.

Camine por el pasillo despidiéndome, mientras arrastraba mi maleta, saliendo afuera donde me dio nostalgia porque todos los familiares de una bailarina la abrazaron y llevaron flores, respiraba hondo por el espacio reducido aun me afectaba, oí una voz conocida.

—América!—Carlos pasaba entre la multitud para llegar a mi, llevaba un smoking en su mano derecha llevaba un ramo de flores, el se acerca, —Estuviste asombrosa, debes enseñarme esas piruetas—dice Carlos, y sonrió, —Ah son para ti—dice entregándome las flores, —Dame eso y vamos a cenar te parece—dice Carlos tomando mi maleta, —Esta bien a donde iremos—digo, —A ese restaurante Italiano que tanto te gusta—dice y lo miro implorante.

Caminamos al auto de Carlos, y nos montamos, recorrimos la ciudad iluminada, en el auto lo voltee a ver, el estaba concentrado y muy enfocado enfrente, levante mi ramo y mire las flores, el auto estaba en silencio, aun me costaba hablar con el.

Llegamos al restaurante y Carlos me abrió la puerta del coche Bajamos y caminamos adentro.
—Señor Carlos tenemos su mesa lista.
Miró a Carlos y el sonríe, seguimos al mozo a la mesa y nos sentamos.
—Esta bien suéltalo, quien te ha dicho que es mi restaurante favorito.
—Paris.
—Conoces a Paris?
—Ella fue la que me dijo que bailabas hoy.
—Paris, mi hermana?
—Si América.—dijo mirando el menú.
—Como la conociste?—se acomoda en la silla con una sonrisa, mientras baja el menú.

—Ella me encontró—respondió, arrugó mi frente pensativa, como carajos mi hermana lo encontró.
—,Y también conocí a Magnus— agregó.
—Es un gran fan.—dije sonriendo.
—Lo noté.

—Signorina e signore, siete pronti per ordinare?—dice el mozo sacando de su bolsillo sus notas.
Me quedo quieta porque no comprendí lo que dijo, aunque se que tomaria mi orden por las notas, es mi restaurante favorito pero nunca iba sola siempre había alguien que si comprende el italiano conmigo, como Paris.

AMÉRICA (El Favorito Del Diario Amanecer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora