III

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Minnie se encontraba mirando su cara en el espejo de su habitación cuando Soyeon y Soojin salieron del barco a robarse sus vestimentas. Agarró su cabello y lo tiró hacia arriba, estaba distinto cuando se fue de su hogar, estaba mal cuidado, especialmente las puntas. Pensó que tal vez le debió hacer caso a Miyeon con que debía de seguir cuidándose con sus métodos marítimos.

Se acercó al espejo e hizo una mueca de disgusto. Si su madre la viera... La mataría por como se veía. Muy pirata y sin ninguna pista de que antes fue una princesa de Tailandia. Hasta estaba más morena y con el cuerpo marcado, se deshizo de su delicadeza. Alzó su camisa blanca para sacársela y dejando su torso completamente desnudo. Si su madre la viera... La mataría por como estaba. Su hombro con la cicatriz de su primera pelea, junto con otras cicatrices que hizo en la pelea de contra la tripulación del capitán Kang y otros pocos que le hizo Yuqi en sus prácticas.

—Espero que Bambam no me reconozca—murmulló para sí misma al recordar a su esposo—. Tengo que hacer que nadie me reconozca.

Se colocó su camisa y, con la mirada fija a sí misma en el espejo, agarró una daga. Posicionándose para cortarse el largo cabello que había cuidado con mucho esfuerzo en sus tiempos en Tailandia. Muchos admiraban lo liso y sano que era. Hasta su esposo solía alagar su cabello. Es por eso que dudó. Miyeon adoraba su cabello.

Soltó la daga y golpeo su frente a la mesa donde estaba apoyado su espejo. Soltó un largo suspiro e hizo un tierno puchero, inflando sus mejillas. No quería volver a Tailandia, le daba miedo. No por lo que le podían hacer, sino por qué sabia que si la reconocieran, se decepcionaron completamente de ella. Le dirían por milésima vez que una princesa no hace todo lo que hizo por todo un año.

Apretó los dientes y se levantó con tanta brusquedad que botó la silla en el proceso. Apretó sus puños ante la rabia. No estaba ahí para que su familia viera en lo que se habia convertido, estaba ahí para que Miyeon cumpliera su sueño de esta con un príncipe.

Con pasos seguros salió de su camarote y aprovechando que Soojin no se encontraba en el lugar, abrió sin golpear la puerta de la habitación de Shuhua que se encontraba en pijama sentada en la cama, con la mirada perdida en el suelo. Claramente tenía sueño, pero ella ya no podía dormir sin Soojin. Cuando sintió a Minnie, alzó levemente la cabeza para luego inclinarla, esperando que le dijera la razón de su visita, tenía mucho sueño como para preguntarle.

—Quiero que me cortes el cabello—le ordenó al cerrar la puerta detrás de ella.

—¿Por qué no se lo pides a Yuqi?—dijo con lentitud, esforzándose en no cerrar los ojos.

—Porque confió más en ti—dijo al acercarse—. Como eres buena preparando el pescado, creo que también serás buena cortándome el cabello, ¿no?—le pasó la daga y se sentó a su lado.

Con esas palabras, Shuhua comenzó a despertarse mientras miraba el arma de su compañera. Si Yuqi supiera que confiaban más en ella para algunas cosas, no se lo creería, al menos que le demostrara que lo hizo bien. Sonrió con orgullo hacia sí misma y se levantó de la cama con el cuerpo lleno de energía.

—Siéntate en la silla que no quiero que mi cama tenga tus pelos sucios—agarró el respaldo de su silla de madera y lo colocó en el centro de la habitación para que luego fuera fácil de limpiar. Minnie se sentó sin decir nada—¿Cómo quieres el corte?

—Tal vez hasta acá—dijo poniendo sus manos un poco más abajo de sus hombros—. Y con un estilo un poco más rebelde.

—A sus órdenes, princesa Nicha.

—No me llames así—se quejó.

La menor se posicionó a su costado, separando sus piernas para estar a la altura de la cabeza de Minnie. Agarró un mechón de cabello con sus dedos y sin siquiera avisarle a la mayor, comenzó a raspar el filo del arma en su cabello, cortando de forma dispareja su cabello. Lo hacía feliz, tarareando una canción y moviendo su trasero ante la emoción. Era entretenido, tanto que la energía de la menor hizo que Minnie comenzara a arrepentirse en pedicelo a ella. Parecía una niña pequeña arruinando una vida. Cerró los ojos con fuerza, si se lo hubiera pedido a Miyeon, esta lo hubiese hecho con mucha seriedad para que le quedara bien. Pero la también sabía que le gritaría solo por tener la idea de cortarse el cabello. Por otro lado, Yuqi la hubiese dejado calva solo por una risa.

The Legend Of Neverland [Gidle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora