The Legend Of Neverland [Gidle]

V

—¿Invitaciones?—preguntó el guardia de la puerta del salón de baile.

Miyeon miró a Minnie, no les había dicho nada sobre que se necesitaban invitaciones. Esta miró confundida al guardia, ya que tampoco sabia que se necesitaba una invitación de un baile donde estaban todos enmascarados. Frunció el ceño ¿La dejaban entrar sin invitación porque siempre supieron que era la heredera? En ese momento se sintió una estúpida.

—Nos invitó BamBam—dijo Minnie, cambiando un poco su tono de voz a uno más grave—. Pero no nos había dicho sobre ninguna invitación.

—Señorita, mucha gente dice que conocen a alguien para entrar sin invitación y no tenemos nada que compruebe que no nos está mintiendo.

—Por favor—miró a Soojin y a Shuhua, que miraban la situación sin entender los que pasaba al no saber el idioma. Miyeon sabía lo suficiente para tener una conversación básica para coquetear—. Venimos de muy lejos.

—No puedo dejarla entrar hasta que me asegure que si es invitada por el príncipe—Minnie hizo un puchero. Era difícil vivir en la sociedad sin las comodidades de la realeza y lo estaba notando luego de un año y medio.

Miró más allá del guardia, podía ver por la puerta que estaba abierta, lo animada que estaba la fiesta. Se acomodó la máscara y se quedó quieta al reconocer a Yuqi y a Soyeon caminando entre la multitud ¿Cómo lo habían logrado ellas para entrar? ¿Y por qué no las esperó? Una figura masculina tapó la vista hacia sus amigas, el hombre sonrió y caminó hacia la salida.

El caballero muy bien vestido de blanco, con detalles rosados y una máscara plateada, llamó rápidamente la atención de Miyeon. Era alto y a pesar de tener el traje, las chicas estaban seguras de que bajo todo eso, había un hombre musculoso. Miyeon se acercó a Minnie para preguntarle quién era aquel hombre perfecto, lleno de confianza y sensualidad. Esperaba con todas sus fuerzas que fuera uno de los hermanos, porque era todo lo que Miyeon quería que fuera su esposo.

—¡Chicas!—saludó con mucho ánimo—¿Por qué no la dejan entrar?—miró al guardia—¿Por qué nunca dejas entrar a mis invitados?—le preguntó dándole un leve codazo al guardia.

—No tenían invitación, señor—estaba tenso ante la presencia del hombre de rosado.

—Pero ¡Hombre! ¿Cómo no puedes permitir entrar a cuatro hermosas chicas solo por no tener invitación?—se acercó a Minnie, deslizando su mano por su espalda para agarrarle la cintura—Es una fiesta y todos deberían de estar invitados.

Miyeon miró la escena, su vista se dirigió hacia la mano del hombre que acariciaba con su pulgar la cintura de Minnie ¿Por qué no la agarraba así a ella? En su humilde opinión, ella estaba mil veces más hermosa que Minnie. Además, iba juego con el desconocido. Aunque también estaba su molestia al ver que Minnie se dejaba agarrar. Estaba segura de que no era uno de sus hermanos, porque el hombre era rubio ¿Le estaba quitando su oportunidad de estar con un hombre perfecto? ¿Por qué a ella no la dejaba acercarse así? ¿Por qué la imagen de Minnie cambio tanto a alguien mas...princesa? Su mirada cambió a una mujer más delicada y bajó el mentón desde que vio al hombre, prohibiéndole hablar para que él hiciera todo. Soojin entrecerró los ojos al notarlo ¿A eso se refería que una princesa no tenía permitido a hacer nada? ¿Ni siquiera podía hablar?

—Vamos, entren—dijo el hombre, sin ninguna intención de soltar a Minnie.

Soojin y Shuhua, sin entender nada, siguieron al resto. Confundidas de la presencia del hombre de rosado. La menor le preguntó a su esposa si sabía algo de lo que estaba pasando, pero esta negó con la cabeza.

En el momento que entraron al lugar, las tres chicas quedaron fascinadas por los adornos y lo costoso que parecía todo. Claro que necesitaban una invitación, estaban en una fiesta de la alta sociedad. Shuhua se tensó, insegura de poder camuflarse bien entre personas tan educadas. Soojin le agarró la mano, pero esta la soltó inmediatamente, no quería llamar la atención. Tenía miedo de lo que podría pasarles.