5: ¿Quieres que te lleve la maleta?

138 17 11
                                    

Mía Navas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mía Navas

6/9/2021

Sevilla 📍

Me encontraba en mi casa, tranquilamente, disfrutando de los ruidos de los pájaros cantar mientras yo tomaba el sol.

— Mía, ya he llegado tu hermana — me dijo mi madre desde la puerta del jardín.

Mi hermana Gaia tenía 14 años y acababa de llegar de Inglaterra de su intercambio.

— Hola, malitaaaa — le abracé.

— Me atosigas, para Mía — ella tan amable como siempre.

— Que ganas teníamos de verte, pequeña — le dijo mi padre abrazándola al igual que mi madre mientras le llenaban de besos la cara.

Subí a mi habitación para hacer la maleta porque después de comer tenía que estar en el aeropuerto de Sevilla junto al amable de Pablo Gavi para irnos a Barcelona en el avión privado.

Metí en la maleta las cosas me traje y algún par de sudaderas para por las noches en Barcelona.

Me duché y me puse unos pantalones de chándal negros Nike y una camiseta a juego con unas AF1 blancas. Me hice una coleta repeinada y me retoqué los rizos para después maquillarme un poco.

Bajé la maleta al salón ya para quitármelo de en medio y puse la mesa para comer; mi padre había echo pollo al horno.

Durante la comida mis padres pasaron un poco de mí, estaban todo el tiempo pendiente de Gaia.

Recogí mi plato y ultimé detalles como: coger los cascos, anillos...

— Ya estoy, papá — lo avisé para que podamos ir marcha al aeropuerto y a recoger a Gavi.

— Ahora nos vemos — se despidió de mi madre y de mi hermana lanzándoles un beso desde la puerta. — Vamos.

Guardó mi maleta en el coche y fuimos hasta la casa de los Paéz Gavira. Donde en la puerta estaban Gavi junto a sus padres despidiéndose mientras le decían que pronto estarían de visita en las tierras catalanas.

Mi padre se bajo a saludar a sus padres y a ayudar a Gavi y yo solo me limite a sonreír y a saludar con la mano educadamente.

Gavi no me saludó, cosa que agradecí porque no estaba de humor.

Mi padre nos dejó en la puerta del aeropuerto y me despedí de él con un abrazo al igual que Gavi.

— ¿Quieres que te lleve la maleta? — me preguntó el castaño una vez estábamos solos.

— ¿Perdón? La respuesta es no — me extrañé y rechacé su oferta.

— Solo intentaba ser amable contigo, pero veo que no se puede — dijo adelantado sus pasos y dejándome atrás haciéndome rodar los ojos.

En la puerta de embarque, estaban las azafatas esperándonos en la puerta del avión.

— Hola chicas — saludé a las azafatas y Gavi repitió mi gesto.

Me senté en uno de los asientos de aquel avión privado y me puse los cascos antes de escuchar la voz repentina del sevillano.

Supernova ; Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora