Supernova ; Pablo Gavi

3: ¿Tu que coño haces aquí?

Mía Navas

30/8/2021

Barcelona 📍

— ¿A casa de quién? — le pregunté a Pedri.

— Ansu — me contestó. — Vamos a hacer una fiesta.

— Yo no bebo lo sabes, ¿no?

— Siiiiii. ¿Vas a venir o que? Tenemos que recoger al nuevo.

— ¿Gavi?

— Sí — me dijo y yo rodé los ojos. Esto podía salir muy mal o muy muy mal.

Me puse un vestido rojo largo y unos tacones dorados.

— Ya estoy — dije bajando las escaleras intentado no caerme.

— Estás guapísima.

— Y tú, y tú — le abracé.

Nos montamos en el coche y tuvimos que ir hasta La Masía a recoger a ese tío.

— Hola Pedr- — se quedó cortado al verme. — ¿Tu que coño haces aquí? — me preguntó super amablemente tal y como lo ha echo siempre.

— Hombre Pablo — giré mi cabeza hacía atrás para mirarlo. — Cuanto tiempo.

— El tiempo en el que he deseado no verte la cara nunca más, Mía — dijo en un tono arrogante el cual a mí me provocó risa.

— ¿De que os conocéis? — preguntó Pedri.

— Ufffff — dijimos en un unísono Gavi y yo.

— Larga historia, amor — le dije a Pedri poniendo mi mano encima de la suya.

— ¿Sois novios? — preguntó Gavi.

— Sí — respondí sonriendo y mirándolo por el retrovisor.

— Pero que desgraciados, si uno tiene 18 y otra 16.

— ¿Pero tú de qué vas, Gavi? — intervine ya enfadada.

— Déjalo, Mía — me habló Pedri.

Justo llegamos a la casa de Ansu y me encare a Gavi.

— No seas un niñato como lo has sido desde hace 6 años atrás, Gavi.

— Siempre me has llamado Pablo.

— ¿Pablo? Ya eres Gavi para todo el mundo.

— Para que te quede claro Mía. Yo hago lo que me sale de la polla.

— Pero si eres un matao'.

— Mira yo me voy para adentro — Pedri hablo y se fue.

— Mata' tu. Que tienes 16 años y vives con un tío de 18. ¿Sabías que eso es ilegal?

— ¿Y tú sabías que no se meten en la relaciones de los demás?

— Oohh, Mía... Veo que ya no eres una niñata de 10 años que iba cada vez yo te hacía algo llamaba su papi.

— Habré aprendido a defenderme de ti, ¿no? Lo malo de pega ¿no? Eso dicen — alcé una ceja.

— Cuando acabes bachillerato hablamos, gilipollas.

— ¿Perdón? Yo al menos lo hago.

— Sigue tocándome la polla, Mía, sigue. Eres una insoportable, siempre lo fuiste.

— La polla se la toco a Pedri a ti no.

— Vaya creída — fue a cerrarme la puerta de la casa pero yo lo frené mirándolo mal y ya se perdió entre la multitud.

Vi a Pedri con un vaso en la mano y me acerqué a él.

— No te vayas a pasar con el alcohol, que tienes qué conducir — le susurré en el oído y el negó con la cabeza.

Me senté encima de él y mientras nuestro grupito jugaba a las cartas.

Giré mi cabeza y vi a Gavi morrearse con una rubia. Como come el cabron, no llevábamos ni 5 minutos en la casa.

— Me aburro — le dije a Pedri.

— Y yo — me sonrió. — ¿Quieres algo de beber?

— No.

Atraje su cuello hacía mi y lo besé. El puso sus manos en mi culo apretándolo.

— Mía... Hay gente — murmuró el canario.

— Vamos a las habitaciones.

Fuimos hasta la primera habitación que vimos y vi que Pedri sacaba algo de su bolsillo, estaba sacando un condón.

Me reí y él me echo para atrás besándome.

Quito las tirantas de mi vestido y me quito el vestido lentamente quedándome solo con la ropa interior.

— Hazlo de una, no te entretengas — le dije.

Me quitó el tanga y se metió dentro de mí de una.

Es la segunda vez que lo hacíamos.

Cuando le avisé empezó a moverse.

Gemí como una loca desesperada hasta que oímos una puerta abrirse.

— ¡Ostia! — oí la voz de Gavi.

Me cago en la puta.

— ¡Gavi joder! ¡Llama antes de entrar! — le dijo Pedri.

— ¡No seáis unos pervertidos en la casa de Ansu joder! — cerró la puerta.