Mía y Gavi se conocen prácticamente desde que ambos nacieron. Ella siempre fue la mejor amiga de su hermana, Vega, por lo que siempre Mía y Vega se iban a sus casas a menudo y su hermano siempre estaba obligado a ir, pero el sevillano le tenía un od...
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Mía Navas
14/9/2021
Cádiz 📍
El partido acabó con victoria para los catalanes, 2-1. Y como siempre, nada raro se iban de fiesta, en este caso se iban a una discoteca de las tierras Gaditanas.
Me puse un vestido blanco básico de tirantes y unas converse blancas de botas, todo de blanco.
Una vez llevamos al reservado, me senté en unos sillones con Ansu mientras hablábamos animadamente sobre el partido de hoy. El sevillano había jugado genial hoy y se lo hice saber.
Pedri me trajo una fanta y se sentó a nuestro lado.
Oí una voz masculina entra por la puerta del reservado.
Era Gavi, vestido con unos vaqueros blancos al igual que su camiseta nike con unas bambas de la misma marca. Una cadena fina de plata colgaba por su cuello junto a unas gafas de sol que llevaba puestas en su camiseta para sujetarlas.
En mi mente empezó a sonar moth to a flame.
Estaba guapísimo y lo sabía joder.
Estaba embobado viéndolo mientras sonreía como una idiota.
Mía no lo miré más me cago en la puta.
Mía...
— ¡Mía! — sentí un porrazo en mi brazo y sacudí la cabeza.
— ¡Que! ¡Que! — exclamé.
— Te estoy hablando, Mía — mi novio frunció el ceño enfadado.
— Que pasa hermano — Gavi choco su mano contra la de ansu y mi novio.
— Hola — le dije roja como un tomate.
— Hombre, si es la niñata que nunca saluda me ha saludado — rió irónico. En otro momento le hubiera dicho yo le hubiera insultado de nuevo, pero es que joder. ¿Como un apodo malsonante puede ponerme tanto? Y más siendo Gavi.
— ¿Que me estabas diciendo? — intente disimular mirando a Pedri.
— Que si querías ir a bailar, pero veo que estabas ocupada mirando a Gavi.
— No lo estaba mirando — mentí.
— Que va, Mía. Y yo soy rubio.
— Perdón — me disculpé avergonzada y tirándome para atrás en el sillón. — Sabes que me cae mal — dije mirando a Gavi.
— Yo también escribí en viceversa.
— ¡Que si joder! — me levanté del sillón y me fui enfadada hasta fuera de la discoteca.
Estaba muy confundida joder. Yo solo era una cría de 16 años.
Odio a Gavi, ¡odio que me encante sabiendo que es un gilipollas de mierda y un creído!
Me pegue una ostia en mi interior y respiré profundo.
Entendía la reacción de Pedri, al fin y al cabo él era su mejor amigo y yo su novia.
— Mía, hace frío, entra en la discoteca de nuevo venga — el cuerpo se me tensó cuando oí a Gavi hablar a mis espaldas.
Sentí un escalofrío antes de girarme para mirarlo.
— ¿Desde cuando te preocupas por mí? — alcé las cejas.
— Tu novio me ha dicho que te dijera que entrarás, entra y punto. No estoy para tonterías de niñas de 16 años.
— Ohhhhh, el que tiene 17 madre mía. ¿Y si mi novio te ha mandando a ti porque no a venido el?
— Eso se lo dices a él, a mi. ¿Vas a entrar o me piro, Mía? — se cruzó de brazos marcándose le todas las venas.
Me cago en la puta.
Pase por al lado suya y él hizo que nuestros hombros chocaran y yo solté una risita irónica.
Entró detrás Mía y yo me senté en mi sillón de nuevo, solo que esta vez sin hablar con nadie.
