Pablo Gavi25/9/2021
Barcelona 📍
El día comenzó entrenando duro, quería seguir ganándome la titularidad en el equipo y prevenir las molestias que tuve en él entrenamiento de ayer. Aunque el siguiente partido tampoco jugaría por mi expulsión, pero una cosa no quita la otra.
Cuando el entreno acabó, me dirigí a hacía los vestuarios encontrándome a la novia de mi mejor amigo sentada en el suelo con la rodillas tapando su cara.
— ¿Estás bien, Mía? — le toqué el hombro,
— Ah, si, si — me respondió frunciendo el ceño,
— Bueno, cualquier cosa me avisas — di una suave caricia en su pelo y ella se puso en la misma postura de antes.
Fui a entrar en el vestuario pero Pedri se chocó conmigo.
— ¡Aquí estás Gavi! ¡Necesito que te quedes con Mía! Mi padre está en el hospital allí en canarias y debo irme lo más rápido posible.
— Pedri a mi me recoge mi madre — agarré su brazo.
— ¡Pues mejor! — se soltó de mi agarre y la cara de su novia era un poema.
— ¿Me ha dejado sola otra vez no? — preguntó.
— Sola no, estás conmigo y ahora te vienes a mi casa con mis padres.
— Pero Gav- — me cortó él.
— No pongas pegas, porfavor Mía — le advertí. — Cuando salga de la ducha nos vamos — le dije y ella solo asintió con la cabeza.
Me duché y me cambie lo más rápido posible para que Mía no esperara mucho.
Me parecía tan irreal que ahora fuéramos amigos después del odio que nos teníamos desde que éramos unos niños, es que... Era surrealista, pero también era increíble tener una amiga, desde que me mude a Barcelona jamás he tenido una amiga, de más mayor he tenido rolletes, pero amigas nunca.
— Vamos — le dije dándole mi mano para que se levantara del suelo con mi ayuda.
Llegamos donde estaba mi madre con el coche y al ver a Mía su cara se puso feliz lo que la hizo bajarse del coche.
— ¡¿Mía?! ?¡Pablo?! ¿Que hacéis juntos?
— Mamá, nos hemos echo amigos — sonreí. — Siéntate delante si quieres, Mía — le cedí el asiento.
— ¿Pablo hijo estás bien? ¿Tu cediendo el asiento de copiloto? — mi madre se llevó la mano a la cabeza provocando mi risa y la de Mía.
— Mamá... — rodé los ojos sonriendo de lado.
— No se que bicho te habrá picado hijo, pero me cae genial — mamá arrancó el coche mientras yo me ponía el cinturón.
Durante el trayecto Mía estaba callada. De vez en cuando contestaba a las preguntas que le hacía mi madre pero bastante seca, eso si, sonriendo.
Yo notaba en los ojitos de Mía que ella estaba mal y que necesitaba ayuda. Al fin y al cabo era una chica de 16 años con la obligación de vivir entre cámaras.
Siempre habíamos sido el perro y el gato, pero creo que ya ha llegado el momento de romper ese círculo odioso y empezar a ser amigos.
Mi madre aparco y nos bajamos del coche dirección entrar a mi casa.
— ¿Estás bien? — le pregunté a Mía en bajito para que mi madre no lo oyera y la rizada suspiró.
— Si, siempre estoy bien — se alzo de hombros mientras sus ojos estaban aguados.
— Mía... — tiré de su brazo antes de que pudiera echar a andar hacía adentro. — Se que no me he comportado nada bien contigo nunca, pero eso ya pasó. Ahora tienes una amigo en el que confiar, ¿vale? — le advertí y ella asintió con la cabeza. — ¿Un... abrazo? — le pedí.
— Em si, claro — Mía sonrió y pude ver lo preciosa que es su sonrisa.
Sentí su aroma de vainilla y le di un abrazo tan fuerte como pude. Ella era tan vulnerable...
— Anda vamos — le sonreí y ambos entramos en casa, pero antes de que pudiera decir algo mi hermana Aurora me tiro de la camiseta y me aparto de todos. — ¿Que haces Aurora? — le regañé soltándome de su agarre.
— ¿Que tienes con Mía? — me preguntó cruzándose de brazos. — Os he visto abrazándoos mientras sonreíais los dos.
— ¿Mía? — me hice el loco.
— Sí Pablo si, Mía.
— ¿Mía? Mía me encanta joder — confesé.
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Supernova ; Pablo Gavi
FanfictionMía y Gavi se conocen prácticamente desde que ambos nacieron. Ella siempre fue la mejor amiga de su hermana, Vega, por lo que siempre Mía y Vega se iban a sus casas a menudo y su hermano siempre estaba obligado a ir, pero el sevillano le tenía un od...