6: ¿Dónde está mi novio?

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Mía Navas

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Mía Navas

7/9/2021

Barcelona 📍

El día ya empezaba con mal pie, tenía a los amigos de Pedri metidos en la casa en la piscina. ¿Quien trae a sus amigos a la piscina a las 11:30 de la mañana?

Me revolví un poco en las sábanas hasta que oí la puerta de la habitación abrirse.

Era Pedri, tenía una toalla en la cintura mientras tenía su torso mojado.

— Ay perdón, ¿te he despertado? — preguntó mientras se acerca a mí y me dio un beso en la frente.

— No, no, tranquilo. Solo estaba pensando en las musarañas — besé su cuello.

— ¿Cuando los chicos se vayan puedo hablar contigo?

— Mmmmm, si claro — sonreí pero en verdad me había rallado mucho.

— ¿Quieres bajarte con nosotros a la piscina?

— ¿Está Gavi? — pregunté.

— Sí.

— Entonces no, gracias — me negé y Pedri cogió un par de toallas de piscina y se fue.

A los pocos minutos me levanté y fui a lavarme la cara para espabilarme y baje a la cocina.

Me hice una trenza y empecé a hacerme un café para animarme un poco. Por la noche los chicos tenían una fiesta en un reservado y yo
iba a ir a acompañar.

Me hice un bol de frutas y me lo comí mientras oí las tonterías de los del jardín.

Gavi entró a la cocina donde yo estaba y se me quedo mirando.

— ¿Que miras tanto? — le pregunté fría.

Que no me tocara los cojones desde tan temprano.

— Tu cara bonita hija, no lo ves — rodó los ojos echándose agua en un vaso.

Le di una mala mirada y volví a posar mi mirada en mi fruta.

Cuando terminé fui arriba a recoger un poco el cuarto y hacer la cama.

Oí la puerta de la calle cerrarse y a los minutos entró Pedri en el cuarto.

— ¿Que tenías que decirme? — le pregunté.

— Verás Mía... Sabes que todo esto es una farsa, ¿no? — preguntó y yo asentí. — Mía. Me he enamorado de ti.

Pasaron unos segundos en silencio hasta que hablé yo.

— Pedri... Yo... — balbuceé.

— Mía lo siento, la he cagado.

Sin decir nada, agarre ambos lados de su cara y estampé nuestros labios dándonos el beso de nuestras vidas.

— Una y mil veces te diría que sí, Pedri — le sonreí.

— Te amo — unió de nuevo nuestros labios.

— Y yo.

Pedri se levantó de la cama y se fue a la ducha.

Baje abajo de nuevo y ordené el sofá poniendo bien las mantas, los cojines...

Puse música en la tele para ambientar la casa mientras limpiaba el salón.

En unos días empezaba bachillerato y estaba cagada...

Sentí una palmada sobre mi culo y claramente era Pedri.

— ¿Te ayudo o que? — me preguntó.

— No, si ya he acabado — suspiré. — No pienso moverme más hoy.

El día se resumió en comer y ver películas hasta que llegó la hora de arreglarme.

Me duché y me maquillé y me hice el pelo, me lo alisé.

Me puse una falda negra larga junto a un top sin mangas celeste y unos tacones plateados.

Salí del baño donde y ví a Pedri sentado en la cama con el móvil esperándome.

— Que guapa — agarró mi cintura y me dio un beso.

Cogí mi bolso y pusimos rumbo al reservado donde estaban todos.

— Holaaaa — saludé ganándome una mala mirada de Gavi la cual ignore con éxito.

Todos nos saludaron y yo fui con Eric a por las bebidas.

Yo no bebo, por lo que me pedí una Coca-Cola.

Le di a Pedri su correspondido Roncola y me senté a su lado.

Cuando ya pasaron las horas yo que no bebo iba hasta las trancas.

— ¿Donde está mi novio? — le pregunté a Gavi toda borracha perdida, el no iba borracho.

— No lo sé.

— ¿Es ese? — pregunhé abriendo los ojos mirando a una esquina.

— Le está comiendo la boca a una rubia.

Yo no sentí más nada que no fuera mi cuerpo cayendo sobre el de Gavi.

Supernova ; Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora