4. El inicio del cuento de hadas

4 1 0
                                    

Todo iba sobre ruedas, Alex y yo mejoramos nuestra relación y empezábamos a ser amigos, no paraba de pensar en todo lo que podría ocurrir en tan poco tiempo y, siendo sincera, me daba miedo.

Dentro de poco empezamos con los rodajes y tendríamos que subir fotos, promocionar la película... tenía mucho miedo de todo lo que se vendría y del cómo reaccionaría la gente.

Cada vez que tocaban reuniones se me hacían eternas, no lo estaba pasando bien. Estaba pasando una muy mala época y yo misma lo sabía. Yo misma sabía que eso iba a ir muy mal. Paro peor que como iba ya, no podía ir. O eso pensaba para animarme a mi misma. Yo sabía que me estaba metiendo en un mundo que no era el mío, me estaba metiendo en un sitio que no me correspondía. Pero mantenía la cabeza alta ante cualquier problema.

Durante las siguientes dos semanas aparecimos cuatro veces en público y él vino cinco veces a mi casa. Me llevaba bien con él pero me parecía una persona muy arrogante,creída, y, sobretodo, egoísta.

Me llamaron varios programas porque querían hacerme entrevistas, técnicamente, los Wonderson ya me buscaban varios programas, pero yo debía ser quien estuviese cómoda con el canal de televisión.

Un mes. Solo llevaba un putisimo mes y ya me pedían autógrafos. Me creía Lady Gaga. Enserio. Era la ostia.

-Leah, se que no me conoces casi, pero no entiendo el porque no me dejas entrar en tu habitación...- y ahí estaba sacando ese tema, no le dejaba entrar a mi habitación a nadie desde que Maribel desapareció, y él no iba a ser la excepción.

-No voy a dejarte pasar, no he dejado pasar a nadie en años. -el tono sonó más borde de lo que pretendía...

-Madre mia... vaya borde estás hecha... y yo tengo que fingir contigo? - Hijo de puta....

-Vete a la mierda. - corto, sencillo y fácil de pillar. Perfecto.

No dijimos nada más, nos sentamos en mi cómodo -que se note el sarcasmo- sofá y yo puse Gossip Girl- una pedazo de serie- nos quedamos en silencio, parecía que ninguno quisiera romper el silencio, no era incomodo, lo contrario, era un silencio cómodo, como si llevaramos toda la vida viviendo entre ellos. Era un silencio que me relajaba y me sentía como si llevara toda la vida esperando ese momento.

Los inicios de cada final (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora