Amor en Altamar

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Desde que tengo memoria, vivo en el mar. Mi padre, Ethan, siempre ha estado obsesionado con encontrar a esa sirena legendaria que, según dicen, cautiva a cada hombre que la ve. Yo nunca he visto una, pero mi padre jura que las ha visto.

En los burdeles, mi padre siempre terminaba, claro. Las chicas le lanzaban zapatos y ropa porque bueno, nunca fue de ser fiel. Era una escena bastante común para nosotros.

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"¿En serio crees en esas historias de sirenas, Jack?"

"¡Claro que sí, Bill! He visto sus largas colas brillantes con mis propios ojos."

"Seguro, Jack. Seguro las viste después de un par de jarras de ron."

"¡No, te lo juro por mi espada! Son reales, y una vez que las veas, no podrás olvidarlas."

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"Bill, prepárate. Hoy encontraremos a esa sirena, lo siento en mis huesos."

"Papá, ¿de verdad crees que existe? Nadie más la ha visto en años."

"Lo sé, hijo. Pero confía en mí, está por ahí. Y cuando la encontremos, seremos los más ricos y famosos piratas de todos los mares."

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Desde que era niño, cada día en el barco era una aventura nueva. Mi padre siempre con un ojo en el horizonte, buscando destellos de cola de sirena entre las olas. Yo, por mi parte, aprendí a desconfiar de las historias fantásticas de los demás piratas y a mantener los pies en la cubierta.

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Una noche, mientras estaba en el barco en alta mar, estaba ocupado organizando algunas cuerdas cuando Tom apareció de repente por detrás, asustándome.

"¡Hey, Bill!" exclamó Tom, riendo mientras yo me sobresaltaba. "¿Pensando en las sirenas otra vez?"

"No te burles, Tom" respondí, medio serio. "Papá siempre habla de ellas como si fueran reales. Dice que las ha visto."

Tom se sentó en un barril cercano y me miró con curiosidad. "Bueno, yo no lo sé, pero sería increíble encontrarnos con una. Imagínate, famosos en todo el mar por encontrar una sirena real."

"Eso sería algo" admití, mirando hacia el oscuro horizonte donde las estrellas se reflejaban en el agua tranquila.

Tom bromeó un poco más antes de irse a su litera. Mientras quedaba solo en cubierta, me quedé contemplando el vasto mar, preguntándome si las historias de papá eran simplemente cuentos fantásticos o si realmente podría haber algo más allá de lo que veíamos.

Bill se quedó en el barco, observando las olas mientras sacaba su cuaderno desgastado. Las páginas estaban llenas de dibujos del mar en diferentes estados, pero esta noche decidió dibujar una pequeña isla que se divisaba a lo lejos bajo la luz de la luna.

Mientras trazaba las líneas con su lápiz, miró hacia el mar con una mezcla de fascinación y duda.

"¿Existes realmente, sirena?" murmuró en voz baja, como si el mar pudiera escuchar sus pensamientos. "Papá siempre cuenta esas historias, pero... ¿son solo cuentos de marineros ebrios?"

Una brisa fresca jugueteaba con sus mechones de cabello mientras continuaba dibujando. Cada línea en el papel parecía evocar una pregunta más profunda sobre lo desconocido del mar y sus misterios.

"Si existes, ¿cómo serías?" se preguntó en silencio, imaginando una figura mitad mujer y mitad pez nadando grácilmente entre las olas. "Quizás tendrías ojos tan profundos como el océano y una voz que encante a cualquiera que te escuche."

Historias Entre Mundos-Bill kauliztDonde viven las historias. Descúbrelo ahora