10. Desperado

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Después del éxito de la fiesta en la cafetería, a Álex se le ocurrió que sería buena idea incluir una sesión de karaoke abierto al público en su bar en el que la gente pudiera divertirse cantando en algún momento de la noche. A Álex le había gustado tanto cómo la gente disfrutó mientras Chiara cantaba que le pidió (le suplicó) que abriera las noches de karaoke para atraer más clientes. Al principio a Chiara le pareció una idea extraña, pero se había sentido bien cantando la última vez, así que aceptó con ganas de sentir de nuevo la adrenalina de cantar frente a las personas, aunque solo fuesen pocas. Álex entonces comenzó a promocionar todo el asunto en las redes sociales y, por lo que Chiara veía, estaba teniendo mucha aceptación.

Por otro lado, no se podía sacar de la cabeza que Denna, la chica extraña amiga de Álex, le hubiese dicho que Violeta no dejaba de mirarla. Le parecía raro y, si se presentaba la oportunidad, quería comprobarlo ella misma antes de alimentar falsas expectativas. Chiara conocía a Violeta, y de inmediato sabría con qué tipo de mirada la observaba. Estaba casi segura de que Denna malinterpretó las acciones de su amiga solo porque Violeta estaba orgullosa de ella y entre amigas es normal mirarse con cierta admiración.

Desde entonces la rutina de Chiara comenzó a cambiar, durante la semana estudiaba, y durante las noches de viernes y sábados trabajaba sirviendo en el bar y cantando el tema de apertura de la noche de karaoke. Los domingos en general visitaba a sus padres o se quedaba en el apartamento de Violeta. A Ruslana la veía un par de veces a la semana cuando iba a visitarlos, y a veces solían encontrarse todos a la salida de sus estudios y comían pizza en algún lugar.

Pero, para la mala suerte de Chiara, Violeta trabajaba en los mismos horarios que ella como DJ, por lo que nunca podía ir las noches en las que cantaba. Martin solía enviarle audios o vídeos mientras Chiara seducía a la audiencia con su carisma, y sobre todo le mostraba las reacciones de las personas cuando subía al escenario. Álex la había comenzado a promocionar como la "cantante oficial del bar-cafetería" y muchas personas asistían exclusivamente esas noches para escuchar cantar a Chiara Oliver. Ella no podía estar más satisfecha y feliz, poco a poco su vida mejoraba: hacía lo que más le gustaba, estudiaba música y hasta podía dormir sin soñar que alguien la golpeaba de noche o la tiraba al agua congelada por las mañanas...

Violeta: Adivina qué...

Chiara: ¿Qué?

Violeta: He dicho que adivines, mocosa

Chiara: Deja de decirme mocosa que ya no tengo 12 años

Violeta: Está bien, pero... adivina qué... 

Chiara:  Me aburres, Vivi :) 

Violeta: Te estás buscando una patada en el trasero, MOCOSA

Chiara: Jaja lo siento, ya dime 

Violeta: Mañana espero que cantes algo realmente bueno, porque le he pedido a mi jefe el día y podré ir a verte.

Chiara: ¿En serio? Bromeas...  

Violeta: No tonta. Tengo que ir a comprobar algo. 

Chiara: ¿Qué cosa? 

Violeta: Si es verdad que los hombres babean así por ti... Jaja 

Chiara: Otra vez, me aburres, Vivi :) 

Violeta: Jaja de mí no te salvas mañana.

A Chiara el estómago se le hizo un nudo de solo pensar que Violeta estaría ahí esperando ver a una gran cantante o no sé qué diablos. Sólo era ella con un micrófono y sus ganas de divertirse tal como la última vez que la vio. Y la noche del viernes llegó tan rápido que Martin ya notaba que Chiara estaba más inquieta de lo común desde hacía unas horas. Se duchó, se cambió de ropa y estaba sentada con su ordenador con una expresión seria y pensativa.  

PISTA 07 (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora