♱ ༻ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈 ༺ ♱

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Advertencia antes de leer, esta historia puede contener: asesinatos, crímenes de lesa humanidad, resucitación, vocabulario vulgar, muerte en masa, pandemia mundial, etc.

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Atención, pasajeros, estamos por aterrizar en los territorios de Italia, pedimos por favor que permanezcan en sus asientos hasta nuevo aviso.

Se escuchó desde las bocinas del avión. Las azafatas ofrecían comida a todo pasajero a bordo, sus grandes sonrisas comenzaron a esfumarse cuando observaron al fondo del lugar, un hombre gritándole a la puerta del baño mientras la golpeaba.

Ellas no tardaron en acercarse a ver que ocurría.

Disculpe, señor ¿Hay algún problema?

El hombre robusto volteó, viéndolas con un enojo casi incontrolable, que lograba apoderarse de sus sentidos.

¡Si! Dios mio ¡Este imbécil esta allá adentro desde hace una hora! ¡Mi hija no aguanta más!

La pequeña se asomó desde atrás de su padre, asustada de que éste estuviera tan enojado.

Las señoritas le pidieron al hombre que se calmara, mientras tanto, una de las encargadas tocó la puerta y habló.

Señor, le pedimos por favor que salga del baño.

No.

Algo estaba mal.

Apenas podía oír la voz de esa mujer, encerrado por el bien de los demás, sentía ganas de vomitar cada dos segundos, su cuerpo estaba intentando rechazar algo que estaba en su organismo, pero lo que sea que fuese, no se iba.

Mareado, vió con su nublada vista sus propios brazos, encontrándose con sus venas hinchadas y violetas. Los gritos de aquel hombre estaban haciendo que su necesidad por desmayarse sea mayor.

Se encontraba con estos síntomas desde hace un dos días.

Con el cuerpo debilitado a más no poder, se puso de pie, y destrabó la puerta. Entonces, el padre apresurado no tardó en abrirla, agarrarlo de la camisa y sacarlo de allí.

Ven princesa, el baño está libre. ━ Habló con una sonrisa en la cara.

Mientras tanto, el hombre moribundo solo pudo permitirse dar dos pasos hasta desplomarse en el suelo, su cuerpo comenzó a sacudirse involuntariamente mientras él yacia inconsciente.

¡Un médico! ¡Este hombre está convulsionando! ━ Gritó una de las azafatas yendo apresuradamente a aplicar lo poco que le habían enseñado sobre tratar a pasajeros en esta clase de apuros.

El padre, chasqueando la lengua, se acercó rápidamente y se agachó para sostener al hombre en una posición donde no se hiciera daño. Sí, lamentablemente, él era paramédico.

¡Haga algo!

¡Ya sé, ya sé!

No había pasajero que no mirara la escena, todos preocupados por el pobre individuo, quien dejó de moverse de repente.

El padre checó sus signos vitales pero... se había ido.

Espuma salía de su boca, sus ojos estaban fuera de sus órbitas. Sus venas parecían a punto de explotar.

¿Será rabia?

El paramédico acercó su rostro al del sujeto pero, de la nada, este le devolvió la mirada.

¿Estás bi-?

De la nada, aquella cosa estaba despellejando su cuello a mordiscos. Sangre salía disparada hacia los pasajeros cercanos, quienes empezaron a gritar y a levantarse, sin saber a donde huir.

𝕯𝖊𝖆𝖉𝖑𝖞 𝕶𝖗𝖞𝖕𝖙𝖔𝖓𝖎𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora