8_ Loco

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Había pasado 1 mes de lo ocurrido en el puerto, el pequeño rubio simplemente me ignoraba, solo me saludaba para disimular si había alguien frente a nosotros, sino pasaba por mi lado como si no existiera.

Eso debía cambiar, ese niño me tenía loco, quería tenerlo, que sea mío.
Muy dentro de mi sabia que el deseo que sentía era más fuerte que una simple obsesión, más bien era una adicción. Me había vuelto dependiente de él sin siquiera probarlo.

En estos días Gustabo había patrullado solo. Cada dia lo observaba por las bodycams.

<< En que momento me transtorne de esa manera por alguien? >>

Dejo el patrulla estacionado frente al mar y se bajo de el. Parecía estar en alguna zona del puerto. Empezaba a pensar que tenía cierta fascinación por estar cerca del mar.

Camino por varios pasillos de contenedores de diversos colores hasta llegar a una especie de bodega que parecía abandonada.

No entendía su actitud, se había tomado el trabajo de dejar el vehículo con la cámara apuntando la gran cantidad de agua que se podía ver, apagó su ubicación para no ser hallado, pero no apagó su bodycam.

Abrió una puerta de madera que daba a un gran cobertizo oscuro y sucio. Una vez adentro puso su mano en la cámara tapando la visual, aunque se podía escuchar sus pasos caminando, abrió otra puerta y parecía ser el sonido bajando una escalera casi a trote.

Luego de unos pocos minutos destapó la bodycam dejando ver una gran sala donde un hombre cruzado se brazos lo observaba con una sonrisa mientras se acercaba.
- Al fin nos vemos de nuevo H - el rubio dijo en un suspiro.
- Nunca fui fácil de encontrar,auqnue tu siempre logras saber donde estoy. - dijo el hombre alto y delgado, con un gorro y lentes negros.
- Hace tiempo sabía dónde encontrarte pero primero debía arreglar unos asuntos.
- Estoy informado. Me alegra saber que al fin aceptas quien eres - soltó una carcajada. - Realmente esperaba verte en la fiesta y no antes.
- Pues no quiero esperar a una fiesta para hablar contigo. Tengo una decisión tomada y quiero que seas el primero en saberla.
- Me alegra que todavía me tengas en cuenta para eso. Eres mi hermano.
- Mi respuesta, Si! -  esa palabra de 2 letras hizo sonreír aún más al hombre que estaba frente a Gustabo.

El rubio giró y camino lejos de ahí sin decir una sola palabra más.
Antes de salir volvió a tapar la cámara y no la destapó hasta estar parado frente al mar. Supuse que estaba al lado de su patrulla.

- Se que estas viendo Trucazo. - dijo de repente.
No pude evitar sonreír. Ahora comprendía el por qué de su actuar, quería que escuchara su conversación.
- Mi decisión para ti es la misma que le acabo de dar a mi amigo. Ahora está en ti saber a que me refiero. - termino de decir esas palabras y apagó su cámara.

Maldito niño! Claro que entendía a lo que se refería.

Controle las cámaras de la comisaría, no había nadie en los pasillos de las oficinas, solo en el parking entraban y salían los patrullas, nada fuera de lo normal.

Me levante de la silla de mi escritorio donde estaba sentado y camine por el pasillo hasta la oficina de Jack, quería cerciorarme  que no estuviera en la comisaria en ese momento. Golpee varias veces pero no respondió nadie.

<< Perfecto!!! >>

Camine nuevamente a mi despacho, al entrar ya me esperaba dentro el pequeño rubio que al verme entrar sonrió.

- Eres un maldito boyeur, sabias? - dijo mirándome.

Caminé nuevamente a la silla de mi escritorio y me senté.

- Solo me gusta observarte a ti. - dije viendo como se acercaba para sentarse sobre mis piernas mirándome con una sonrisa traviesa y poniendo sus brazos al rededor de mi cuello.
- Mientes! Así quieres ganarte mi confianza? - mientras hablaba movía suave su cadera refregando su pene erecto contra el mío.
- Actúas muy bien, realmente creí que estábamos mal tu y yo.
- Pues, no era actuación, aunque lo pensé detenidamente y me di cuenta que en realidad no eres culpable por las acciones de mi padre.

Deseaba poseerlo ahí mismo, pero no podía hacerlo a mi manera, al menos no por ahora. Debía actuar con cuidado.

Jamás habría imaginado que existiera alguien tan perfeto para mi.
Cuando lo conocí me gusto su aspecto de inocencia, con helado de chocolate por su rostro, pero ahora conozco su otro lado, el perverso, él no sería uno más al que tan solo corrompería hasta transformarlo en el mayor degenerado sin alma.

Gustabo ya tenía su interior corrompido por su padre, solo debía ser estimulado para convertirse en el mayor sádico que existía, después de mi claro.

- Entonces confiaras en mi? - dije apretando sus nalgas firmes.
- No! Dejaré que me demuestres que eres confiable y tal vez algún día confíe en ti. - comenzó a soltar gemidos y a moverse con más fuerza.

Quise desabrochar su pantalón pero tomó mis manos y me detuvo.
- No! Yo jamas estuve de esa manera con alguien. - me miró a los ojos haciendo un pequeño puchero. - Quiero que tu seas el primero pero no aquí, no crees?
- Mientes!
- Lo juro! - comenzó a mover nuevamente sus caderas.

Esa declaración era inesperada en verdad, pero a la vez eso me daba la oportunidad de ser el primero en tomarlo y el único.
Eso era aún más tentador.

Lo deje satisfacer su deseo, bese y mordí su blanco cuello mientras se movía y resfregaba contra mi hasta que soltó su semen con un fuerte gemido de placer. Me miró y sonrió.

Se agacho hasta quedar bajo mi escritorio, bajo el cierre de mis pantalones y tomó mi polla en sus manos, sacándola.
La puso en su boca y comenzó a chuparla metiendola hasta su garganta una y otra vez deteniéndose en la punta del glande para pasar su lengua y succionarlo.
No fue muy difícil que logrará que suelte toda mi semilla dentro de su caliente cavidad.

Era experto en dar placer con su boca, nunca ninguna mujer había logrado hacerme terminar en tan poco tiempo, ni hacerme sentir tan bien.

Me miró con su boca abierta dejando ver mi líquido dentro de ésta. Luego trago y se paso la lengua por los labios sin dejar de mirarme fijo a los ojos.

Era el mismísimo diablo y acababa de llevarme al infierno y traerme de vuelta.

- Supongo que eso significa que tenemos un trato. - dijo saliendo de debajo del escritorio y volviendo a sentarse en mis piernas.
Tome su cintura intentando pegarlo más a mi cuerpo.
- Tregua?
- No! Serás mi aliado o mi oponente. No hay tregua. Tu decides.
- Y que pasa si no acepto? - claro que aceptaría pero me gustaba desafiarlo.
- Entonces caerás junto a Jack. Y jamás me tendrás. - hizo una sonrisa maliciosa al decir las últimas palabras.

<< Perderme poseerlo? Eso jamás >>

- Como te tocas cuando piensas en mi? - dije metiendo mi mano dentro de su pantalón y acercando mis dedos a su entrada.
- Eh? -  se sobresalto y comenzó a respirar agitado.
- Te tocas aquí? - dije acercando más mis dedos.
Negó con la cabeza y apretó con fuerza mi espalda.

Puse mi dedo medio en su entrada masajeandola, comencé a hacer suaves movimientos circulares sin intentar penetrarlo.
Su cuerpo se había tensado y clavaba sus uñas en mi cuello.

No había mentido, jamás había sido poseído y eso me excitaba aún más. << Sería mío, solo mío >>

Lentamente su cuerpo se relajo y comenzó a disfrutar mi toque. En ese momento saqué mi mano, no le daría lo que quería en ese momento. Lo haría desear ser follado por mi, rogar por tener mi verga dentro suyo.

Sonrió y se puso de pie, caminó hasta la puerta.
Se giró a mirarme con una sonrisa.
Había entendido mi juego y por su mirada, también quería jugarlo.

Salió de mi oficina cerrando la puerta tras él dejándome totalmente desquiciado.

El pequeño rubio tenía un don que nadie más tenía y había logrado algo que nunca pensé que alguien pudiera lograr.

Me estaba volviendo totalmente loco por él.




















Lady_Vermon ❤️‍🔥

Peligroso DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora