Capitulo 5

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Me desperté gracias al bullicio que había afuera de mi habitación. Eran las voces de dos personas, lo cual me enojaba porque me habían cortado el sueño, y más si era tan temprano. Estaba segura de que eran alrededor de las 4 de la madrugada. Me levanté de la cama sintiendo el frío de la madera contra mis pies para acercarme a la puerta de mi habitación.

—Ya te dije que no te voy a prestar mi sombrero, Thatch —dijo una voz muy familiar—. Cuando la encuentre, tal vez lo considere.

—Vamos, hermano, ¿por qué es tan importante encontrarla ahora? Vamos a dormir y en un par de horas podrás preguntarle dónde la asignaron —dijo otra voz.

—No puedo dormir sin saber dónde está ella, sabes que... —se calló al verme salir de la habitación con enojo en mi mirada—. T/N, ¿qué haces aquí?

—Emm, me asignaron esta habitación —dije mientras me recostaba en el marco de la puerta.

—No sabía que estabas durmiendo en esta sección —mencionó Ace con una mano en su nuca—. Pero me alegra que estés aquí, me preocupaba mucho que estuvieras en alguna habitación común con cuatro hombres.

—Vamos, hermano, pasaste toda la noche yendo de cuarto en cuarto buscando dónde estaba ella —dijo Thatch, cuyo peinado me resultó divertido—. No me dejaste dormir en toda la noche buscando a tu...

—Thatch, no es el momento de hablar de eso —dijo Ace con las mejillas enrojecidas—. Será mejor que vaya a dormir un rato. Tú sigue descansando, niña, que hoy tienes que hablar con Shirohige.

—Sí, creo que también debería dormir un poco más —dije mientras me restregaba los ojos—. Descansa, Ace, y...

—Thatch, un gusto. Comandante de la cuarta división —dijo mientras extendía su mano—. Y perdón por el ruido.

Cerré la puerta después de aquello y regresé a la cama, pero algo dentro de mí no me dejaba pensar con claridad. Recordaba cada momento con Ace, especialmente esa noche. ¿Por qué reaccionó de esa forma? ¿Acaso solo fue una noche para él? Estaba tan confundida que ni siquiera sabía con certeza cuáles eran mis sentimientos por él. Estaba tan adentrada en mis pensamientos hasta que alguien tocó mi puerta. ¿Quién podía ser tan temprano?

—¿Quién? —pregunté con mucha confusión.

—Yo, Ace. ¿Puedo pasar? —me alarmé al saber que era él. Debería estar durmiendo.

—Claro, pasa, por favor —traté de decirlo con un tono sereno para que no se notara lo confundida que estaba. Vi cómo la puerta se abría dejando ver una silueta muy alta—. ¿Qué sucede, Ace? ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien, solo quería verte. No podía dormir y, al parecer, tú tampoco —dijo mientras se acercaba a la cama—. ¿Me puedo acostar?

—Claro, pero no sé si cabemos los dos —dije un poco nerviosa.

—Si nos pegamos un poco, tranquilamente entramos —dijo muy seguro mientras se acostaba y se ponía frente a mí—. De niños siempre dormíamos juntos, ¿por qué ahora te pones nerviosa?

—No es nada, Ace, solo trata de dormir —dije mientras cerraba los ojos. Sentía que estaba muy al borde de la cama, así que me tocó acercarme más a él y sentí cómo él se acercaba más a mí hasta tal punto de sentir su respiración.

—T/N —me llamó con serenidad.

—Dime —dije entre bostezos.

—Tú y ese Mateo, ¿son algo? —habló con un tono más serio—. Bueno, lo pregunto porque él fue quien dijo eso antes de que despertaras.

Siempre te encontrare (Ace X T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora